Por Amaury Berdejo.
La visita de The 1975 al Pepsi Center WTC congregó a una multitud de jóvenes cercanos a los 20 años de edad, dejando en claro que su base de fans está compuesta por un sector que se identifica con sus letras de existencialismo juvenil, desamor y melancolía al ritmo de los sintetizadores.
Una prolongada oscuridad se hizo presente en el recinto, acompañada de una nota del sintetizador que quedó suspendida por varios minutos. De pronto una señal de vida: los característicos rectángulos que dan imagen a la portada de los discos de la banda se hicieron presentes en el escenario, desatando la emoción de la audiencia, en su mayoría adolescente.
Como era de esperarse, The 1975 fue recibido con una ola de gritos casi ensordecedores; los primeros movimientos del vocalista Matthew Healy en el escenario (un baile medianamente articulado pero finalmente carismático) también provocaron la alegría de los ansiosos fans.
El setlist incluyó todos los éxitos de la banda, canciones como «Robbers», «MONEY», «Love Me» y «Somebody Else» pusieron a bailar al público durante la primera mitad del concierto.
Siempre se agradece cuando los artistas comienzan a charlar con el público y en esta ocasión, Matt dedicó varios minutos a hablar sobre su vida personal, su pasado como un chico depresivo que no era bueno para el amor y cómo ahora había encontrado una pareja estable, a la cual dedicaba varias de sus canciones.
La estética del escenario, la ropa de los integrantes y el trabajo de iluminación son un verdadero tributo a la paleta de colores de los años 80, luces neón, plastas de color sin degradar en tonos pastel, desde las camisas y hasta el corte de cabello de Matt que luce cuidadosamente desaliñado, la banda es toda una experiencia visual en vivo.
El peso de la tecnología en su show es muy claro: una serie de llamativas animaciones y efectos tridimensionales dan un increíble fondo visual a cada canción, perfectamente sincronizadas para resaltar cada parte de los temas.
El poderoso cierre del concierto incluyó las esperadas canciones «Girls», «Sex» y «Chocolate», la despedida perfecta para una banda que ha sabido generar y afianzar el cariño de sus jóvenes seguidores con melodías y letras que tocan temas siempre presentes en la mente y el corazón de un adolescente, sin importar la generación.
Imágenes cortesía de OCESA.
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