Por Ana Escárcega.
En 1937, Ramón Mercader (Alfonso Herrera), un comunista español, forma parte de las fuerzas republicanas que luchan contra el bando sublevado (apoyado por la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini) en la Guerra Civil Española. Después de crueles batallas, Mercader es reclutado por la NKVD, la policía secreta estalinista soviética, para recibir entrenamiento como espía.
En el verano de 1938, Mercader conoce en París a Sylvia Ageloff (Hannah Murray), una joven estadounidense trotskista; los jóvenes se enamoran y comienzan una aventura que los lleva a Estados Unidos y luego a la Ciudad de México, el lugar ideal para que Mercader lleve a cabo su misión: asesinar a Leon Trotsky (Henry Goodman).
El filme comienza con una breve secuencia en blanco y negro que explica el papel de Trotsky en la Revolución Rusa y su decisión, ante las diferencias que tuvo con Stalin, de organizar la Cuarta Internacional. La reconstrucción de la época, el México de 1940, se apoya en una rigurosa investigación histórica que sustenta varios apartados de la producción del filme –el atractivo diseño de vestuario, el impecable diseño de arte, y la meticulosa decoración de los espacios arquitectónicos-.
Aún tratándose de un episodio clave de la historia reciente, el suceso se hizo popular gracias al documental «Asaltar los cielos» (1996) de Javier Rioyo y José Luis López-Linares. Al visionar este biográfico, es evidente que detrás de esta fascinante historia hay materia prima para hacer una gran película. Antonio Chavarrías descubrió la vida de Ramón Mercader gracias a «Asaltar los cielos» e indiscutiblemente pensó en llevarla a la gran pantalla. Con esta producción, más cercana a un thriller que a una biopic, el director comanda un proyecto ambicioso, fallando en la misión de cautivarnos en la conspiración contra Trotski.
A los pocos minutos de comenzar «El elegido», ya hemos visitado México, Francia, España o Rusia. La película comienza con un montaje acelerado y errático, que lastra el porvenir del relato. Al igual que el cambio de localizaciones, la historia no se asienta en ningún personaje en concreto. Esto propicia una presentación de personajes insuficiente, despreciando las motivaciones y pasado tanto de Ramón Mercader como de su madre, Caridad del Río. Se supone que se debe conocer el contexto histórico, pero el espectador no tiene la obligación de estar familiarizado con la vida de la familia Mercader.
Nunca sabremos de qué manera Sergei Eisenstein planeaba retratar a Trotsky en «Octubre» (1928) debido a que el cineasta soviético se vio obligado a eliminar todas las referencias a uno de los principales organizadores y líderes de la Revolución de Octubre antes de terminar su película. Incluso, la historiadora de cine, Olga Romanova, señala que el propio Stalin apareció en la sala de edición para ponerle a Eisenstein esa condición.
Aunque «El elegido» (2016) no es un retrato sobre el revolucionario ruso que fue vilipendiado y calumniado por Stalin, Antonio Chavarrías retoma la polémica figura de Trotsky para elaborar un drama histórico con toques de thriller de espionaje en torno al plan que se gestó para asesinarlo.
La vida del agente conocido como Jacques Mornard, Frank Jackson o Ramón Mercader es única y una de las más interesantes de la historia reciente de España. Su importancia es directamente proporcional al número de conflictos en los que es una pieza clave, abarcando gran parte de la historia del siglo XX. Al salir a la luz en el 1996 el documental «Asaltar los cielos», encontrábamos política, traición, amor o tensión condensados en una vida que no podía ser real. Elementos que no se atisban en el largometraje, siendo un crimen desperdiciar tal oportunidad. Antonio Chavarrías recrea los pasajes más cinematográficos, sin conseguir implicar al espectador, lo que conlleva el convertir lo que se suponía un filme estimulante; en todo lo contrario, una cinta tediosa.
«El elegido» llega a partir de mañana viernes 14 de abril a un circuito de cines cultural selecto, y también a través de la plataforma de streaming Netflix.
Con imágenes cortesía de Cinetc…
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