Por Asfaltos.
La otra vez andaba por los rumbos de Huixquilucan, bajando por Av. del Conscripto, cuando un amigo me pidió que «de favor» pasara por él ahí donde está el «caballo bayo». «El caballo bayo», pensé a mis adentros. Cuando le pregunté a mi amigo si sabía o no a qué se refería uno con aquello de «caballo bayo», reinó el silenció; sí, un silencio sepulcral.
Ciudad de México ha tenido una expansión geográfica y demográfica sorprendente. Es tanto lo que ha crecido esta ciudad desde su fundación, que sorprendería a cualquiera saber que alguna vez la Alameda Central fue una de las primeras fronteras de la capital. ¡Imagínense!
Bueno, pues muchos de los ahora espacios interiores de la capital mexicana, incluido el propio Periférico (que debía ser eso, una avenida periférica y no lo que es ahora, mas bien un circuito interior), guardan ciertos recuerdos de sus épocas anteriores, allá donde antes había cuacos en lugar de autos.
Sí, los cuacos pueden llegar a tener una crín de color blanco amarillento, y cuando sucede así, a éstos se les denomina bayos. Los cuacos bayos son entonces caballos bayos; porque en México, de manera colonial, al caballo se le decía cuaco; y en lugar de autos, en la capital mexicana, uno se transportaba en cuaco.
Oriundos de Guadalajara, Jalisco, los Pito Pérez fueron una banda que saltó a la fama a inicios del presente siglo, cuando después de una larga travesía para plasmar su música, consiguieron finalmente grabar el que sería su primer material, el «Con más poder» (2002) en el que vendría incluido su tema «Cuaco Paco».
Sí, es cierto, aún en algunos sitios de la capital mexicana es posible ver alguno que otro arriba de un cuaco… aunque son los menos.
Foto: Mirila Madrid.
Leave a comment
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.