Palencia, ídolo que nunca dejará de ser Azul

Por Asfaltos.

Casi nunca hablo de fútbol en esta columna semanal dedicada a la cultura pop, y muchos dirán que por algo obvio, sin embargo, y quizá en un análisis posterior, cabría debatir un poco sobre la pertenencia o no de este deporte de popularidad masiva dentro de los cánones de una cultura pop; pero vale ese es otro tema, el hecho es que casi no hablo de fútbol, pero hoy, por una ocasión especial, sí lo haré.

Su nombre Juan Francisco Palencia Hernández, y recientemente fue destituido como director técnico del equipo de fútbol de la Universidad Nacional Autónoma de México, los Pumas. A Paco yo lo conocí en un ya muy lejano 1997, cuando portaba en una playera de color azul celeste, su número 15 en el dorsal, y con orgullo, en la parte de adelante, el escudo del Cruz Azul. Sí, como saben bien si me leen semanalmente y tienen la curiosidad de leer mi breve descripción en la parte de abajo, soy un cruzazulino…

Mi afición comenzó precisamente en 1997, cuando en casa de un amigo, viendo la televisión, observaba cómo un alto jugador con el número 27 en la espalda tiraba con la cara ensangrentada el pénalti que le daba el título a aquella institución. Bromeo, aún hoy día, que nadie me advertiría lo difícil que sería mi afición desde aquel título; pero vale, como dicen también, «lo bailado nadie me lo quita». De Cruz Azul Carlos Hermosillo me hizo seguidor; sin embargo fue Juan Francisco Palencia quien me hizo fanático.

«Paco» Palencia debutó como jugador de fútbol profesional en la Temporada 1994-95, cuando aún los torneos nacionales se jugaban en el formato tradicional de torneo largo. Permanció en Cruz Azul hasta 2003, por lo que yo, aficionado al equipo desde 1997, vi quizá sus mejores años como cruzazulino, siendo desde luego su clímax como futbolista e ídolo aquel paso aún legendario en la Copa Libertadores 2001, misma en la que Cruz Azul si bien quedó en el infame segundo lugar, no dejó de dar uno de los más gratos sabores de boca que un club mexicano ha brindado jamás en la máxima competición de clubes en América Latina.

Muchos otros momentos más se le recuerdan a Palencia, pero sobre todo, esa enorme pasión con la que vivía cada partido. Era, en efecto, un auténtico líder en la cancha. Su forma de juego, que si bien no era espectacular pero sí muy efectiva y llena de valor, contagiaba siempre a su equipo; gracias a espíritu competitivo, y carácter, sobra decir que Paco era ese ídolo que desde su salida no ha vuelto a tener Cruz Azul. Sí, así de simple y de firme. César «Chelito» Delgado era espectacular, pero cuando había que jugar un partido importante contra un rivala relevante, se nos desinflaba como globo… Mismo caso, aunque duela a la afición cementera -incluyéndome, obviamente-, el de Christian «Chaco» Giménez, a quien no se le pone en duda su amor por los colores, pero sí su relevancia en los momentos clave cuando el equipo le requería como líder. Desde la salida de Juan Francisco Palencia, en el Clausura 2003, el Cruz Azul ha adolecido de un líder de los tamaños del también llamado «Gatillero».

Tras salir de Cruz Azul, Juan Francisco Palencia jugó en Chivas y luego… sí, luego en Pumas. Ah, los Pumas, que sin ánimos de ofender a nadie porque estas son pasiones meramente futboleras, son y serán siempre para mí el rival deportivo que más animadversión me genera. ¿Por qué? Porque es así, porque la rivalidad deportiva que les tengo es mucha y punto; porque estas cosas, como cuando uno se enamora de un equipo de fútbol, son inexplicables y nada razonables. En fin, con lo anterior ejemplificado, ¿se imaginan lo que sentí cuando veía a mi antiguo ídolo enfundado de puma? Terrible.

«Paco» Palencia, sin embargo, lució muy cómodo y pleno. Tanto así que cuando jugaba contra Cruz Azul, y anotaba o ganaba, gritaba como si del odiado rival se tratara. El dolor por ver cómo el antiguo ídolo había olvidado con facilidad los colores que antes con tanta vehemencia defendía, aumentaba cuando me percataba que no solo los había olvidado sino que desde algún punto hasta los había aborrecido y odiaba. Muchos rumores hay de que su salida de Cruz Azul no fue de la manera más tersa, e inclusive en entrevistas y declaraciones se ha demostrado que inclusive fue de la peor manera –acá un breve reportaje-; sí, en gran parte gracias a la directiva del infame Billy Álvarez quien si bien no es el único responsable de la deriva del Cruz Azul, sin duda sí resulta el más importante.

En fin, el fin de semana Juan Francisco Palencia fue despedido como director técnico de los Pumas de la U.N.A.M., después de que aquella afición a la que con su juego y goles se ganó, le abucheó y pidió con fuerza que se hiciera a un lado, o mas bien, que se largara del banquillo del equipo de sus amores. Para Palencia, sin duda, resultó un duro golpe que tendrá que asimilar con el paso de los meses. Quizá, para su consuelo, que recuerde que inclusive el mismísimo Hugo Sánchez fue abucheado por aquella misma afición, la azul y oro, también cuando éste fungió como director técnico…

El motivo por el cual les cuento lo anterior es porque pensaba, a mis adentros, que si bien Juan Francisco «Paco» Palencia quiso con ahínco afianzarse como ídolo de los Pumas de la U.N.A.M., nunca podrá renegar, por más malos tratos que haya recibido de su directiva, que de Cruz Azul, aquel equipo al que rechazó en los últimos años, sí será siempre uno de sus máximos ídolos; quizá el último que ha pisado y vestido con fuerza la playera de los cementeros. Ojalá, algún día, los caminos de Cruz Azul y Palencia vuelvan a juntarse para bien de los dos, y sí, por qué no, para beneplácito de los millones de aficionados celestes.

 

¡Buena suerte en lo que venga, Paco!

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.