10 años mitológicos del «On frail wings of vanity and wax» de Alesana

Texto por Eduardo Meléndez San Cristóbal.
Fotos por Sandra Orozco.

Este 2017 nos ha traído diversa cantidad de festejos que nos traen a la mente recuerdos, anécdotas y para algunos sentimientos encontrados de una época en la que la mayoría de sus seguidores se encontraban en la pubertad. Aniversarios de bandas, o como en este caso discos que marcaron un proceso de vida para mucha gente, son eventos en los que es imperdonable faltar. Éste fue uno de ellos.

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Como es merecido, en un evento que fue esperado por muchos de sus fans e incluso por bandas que se encuentran en este camino y que con proyectos como éste respaldan su motivación en esta carrera, era necesario que el show fuera intenso y memorable en cada momento.

Nos referimos al show de décimo aniversario del álbum «On frail wings of vanity and wax», en el que para dar apertura a éste se presentaron Kamikaze Ninja, trío mexicano que instrumenta un estilo funk/alternativo que durante 30 minutos provoca que los cuerpos de la gente se activen, preparándolos para lo que fue ese día; y quienes fueron seguidos por Kaizan, banda que con una filosofía oriental y marcada por sus influencias de metal y progresivo, equilibraron el ambiente para dejar huella en quienes no conocían a las bandas antes mencionadas.

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Acumular las ansias generadas por los fans no es algo fácil, pero hacer las elecciones correctas para generar un show completo y que éste se mantenga generando emociones, es garantía y exigencia misma de la banda estelar. Para ello, quienes contarían con esa misión serían los Say Ocean, alineación tapatía que en poco tiempo ha logrado establecerse en la escena con su punk-rock enérgico que en estos momentos va regalando canciones de su nueva producción «Mejores tiempos», que sin dudar conectó con el público que brincó y explotó con esa energía que distingue y esa simpatía propia de la banda.

Para quienes conocen y siguen a Alesana, era obvio que empezaran a requerir de más riffs potentes, de más hard-rock o metal, y en muestra de una elección correcta más, se presentaron los Cerberus, que en lo personal yo no conocía, pero de la cual me llevo bastante. De una escuela definida, con un metal potente y abrasador, un frontman que en todo momento busca la conexión con el público, que no teme en explotar sus pulidas habilidades no sólo al cantar, sino incluso al tocar la guitarra aunque ello represente ponerla sobre su espalda y continuar con el solo o riffs que como antes mencioné, son potentes, Cerberus elevan el show y mantienen al público eufórico para lo que sigue.

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Como preámbulo de este evento, a pesar de tratarse de una banda extranjera e internacional, se contó sólo con bandas nacionales de una escena que se encuentra más que activa y sacudiendo por todo el país. Siendo una banda ya consolidada en el gusto de gran número de seguidores, Allison, que desde su mas reciente producción «Todo está encendido» ha mostrado su lado más pesado y crítico, no midió en presentarse con lo mejor de su repertorio desde «Rómpase el vidrio en caso de emergencia», o sus ya clásicos «Baby please» y «Frágil», dejando así un público eufórico y listo para el episodio principal.

Hasta antes de este evento ya había escuchado el nombre de Alesana, aunque la realidad es que poca oportunidad me había dado de abrir las puertas de lo que la banda generaba o representaba. «On frail wings of vanity and wax», que es el que nos trajo aquí, es el primer disco de estudio de la banda norteamericana; posterior a su primer EP de 2004-2005, convirtiéndola en una banda que se ha abierto puertas en diversas regiones como Europa, América Central e incluso Australia.

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Desde el primer momento en que la alineación se montó en el escenario se sientió la intensidad con la que se desempeñan, no hay momento para calentar y desde el primer segundo lo dejan entrever. Metalcore o post-hardcore, momentos melódicos y que incluso parecen espirituales para ellos, son el sello de Alesana.

Son un ente en sí mismo, 6 individuos que circulan en el escenario de forma aleatoria e intensa y aunque no lo parezca sincronizada. Dos voces que parecen contestarse continuamente, la voz principal de Shawn Milke en el extremo derecho del escenario y un gutural Dennis Lee circulando, y postrándose en el escenario de forma «mítica», misma con la que redactaron el mencionado disco que habla sobre la mitología griega adaptada a la era moderna, en su forma de interpretarla y tocarlo en plenitud con canciones como «Ambrosia», «Apology», «Third temptation of Paris”, entre otras.

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Una guitarra girando alrededor de Shawn, un celular del público tomado por Dennis para regalarle una foto de él y Shawn, alguien más sobre el bombo sin dejar de tocar, saltar, explotar y reventar al son de cada canción; eso es Alesana, que incluso cuentan con interludios melódicos en los que ellos mismos se muestran espirituales ante sus canciones.

Como era de esperarse pasada una pausa, llena de gritos igual de intensos por parte de su público, volvieron todos al escenario, extasiados y regalando sonrisas a su gente, dispuestos a cerrar con todo y un breve momento en el que brincar al unísono representó el contacto final con cada individuo que se dio cita en este inmueble. Una banda totalmente recomendable para quien gusta del género y de los shows en vivo intensos y entregados.