Por Asfaltos.
«No, perdón, no tengo tiempo»… Alguna vez he dicho esa frase, quizá más veces de las que quisiera recordar, y ahora retumba en mi cabeza. El tiempo, el tiempo siempre se tiene si se quiere; porque luego, el tiempo, se nos va de un solo golpe, sin haberlo vivido ni aprovechado como se debe.
Regresamos al mencionadísimo Rockdrigo González con la que es probablemente su canción más conocida -bueno, no, esa sería «Metro Balderas», ¿verdad Alex Lora?-. Del «Hurbanistorias» de Rockdrigo, «No tengo tiempo (de cambiar mi vida)» resuena aún más a sabiendas del triste desenlace de uno de los cronistas musicales urbanos más relevantes de la capital mexicana.
Sobra decir que la melodía deambula precisamente en un mood de melancolía, pues si bien hay tristeza no solo en las palabras, sino en la construcción melódica de la canción, hay también algo de luz y quizá hasta de esperanza. «Cabalgo sobre sueños innecesarios y rotos, prisionero iluso de esta selva cotidiana, y como hoja seca que vaga en el viento, vuelo imaginario sobre historias de concreto.»
Quizá la canción adquiere mayor relevancia en estos días para quienes afortunadamente pudimos contar el día después del pasado 19 de septiembre. Para quienes con esa fortuna, que también nos obligó a salir a las calles, va esta canción que al final de cada jornada nos pondrá a reflexionar si hemos aprovechado en realidad el día que vivimos. Porque no, jamás, deberá ser excusa aquello de «No tengo tiempo (de cambiar mi vida)».
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