«Star Wars: The Last Jedi», la película que esperábamos de la nueva trilogía

Por Asfaltos.

Y se estrenará, finalmente, «Star Wars: The Last Jedi». Después de 2 años de que la franquicia regresara a las pantallas grandes con el lanzamiento de «Star Wars: The Force Awakens», la continuación de la saga de los Skywalker llega a partir del primer minuto de mañana 14 de diciembre a cines mexicanos. El estreno, por cierto, se realizará un día antes de realizarse en los Estados Unidos, lo que significa sin duda una gran oportunidad para los fans nacionales. Ah, por cierto, antes de continuar: lean con seguridad, acá no habrá spoiler alguno.

Los personajes que nos fueron introducidos en «Star Wars: The Force Awakens», así como los que conocimos en la primera película de la saga hace 40 años, regresan una vez más para deleite de propios y extraños. Sí, para los propios, será un viaje una vez más a la nostalgia, pero con una aventura nueva y fresca; para los extraños, se anticipa un viaje entretenido por el universo que ha enamorado a 3 generaciones que pueden reencontrarse con lo que les ha enamorado de Star Wars desde el primer momento.

En principio, y a mi parecer, es la película que esperábamos de Star Wars desde su regreso a las pantallas grandes hace 2 años. Bajo la dirección y la escritura de Rian Johnson, «Star Wars: The Last Jedi» aprovecha que su antecesora se fue por la segura, para poder finalmente ahora sí tomar riesgos. La película no deja de sorprender, desde las decisiones tras la cámara de un Johnson que nos muestra por momentos una visión que no habíamos visto antes en una cinta de la saga; hasta los elementos de la historia en los que no ahondaré, pero que dan una sensación de frescura a esta nueva trilogía.

Sí, a pesar del éxito tremendo de «Star Wars: The Force Awakens», no hay mucha discusión en asegurar que el camino recorrido bajo el mando de su director y coescritor J. J. Abrams, había sido el de una fórmula segura que se apegara lo más posible a la trilogía original, y sobre todo al primer episodio de la franquicia. Abrams lo hizo con gran exactitud, consiguió una cinta que recobraba esa sensación que habíamos tenido con las primeras películas, pero también nos dio guiños de novedad con la introducción de algunos elementos y personajes. Al final, sin embargo, seguía la sensación de que la película estaba incompleta, sentimiento que se hizo aún más grande con ese primer cliffhanger de la saga.

Por ello el gran mérito de Rian Johnson, quien asumió el encargo de llevar el siguiente episodio de la saga de los Skywalker a un nuevo puerto, para así sacudirse también esos comentarios y sobre todo brindar una «nueva esperanza» para esta nueva trilogía. Hay sorpresas, y muchas; hay emociones, demasiadas.

De entrada ver y escuchar a Luke Skywalker (Mark Hamill) es algo emocionante, ya no lo hacíamos en la pantalla grande desde «Star Wars: Return of the Jedi». ¿Qué le pasó al Maestro Jedi después de haber derrotado al Imperio Galáctico y redimir a su padre, Anakin Skywalker? ¿Por qué huyó y se refugió en un planeta cuando la amenaza de la Primer Orden crecía al mando de su sobrino Ben Solo, ahora convertido en Kylo Ren? ¿Por qué no acudió al peligro que embargaba tanto a su hermana, Leia, como a su viejo amigo Han Solo? Si no todas, algunas de las preguntas nos son respondidas en parte o de manera completa de manera eficiente.

Además regresan Ray (Daisy Ridley), Finn (Jon Boyega), Poe (Oscar Isaac) y BB-8, los personajes que conocimos en «Star Wars: The Force Awakens», y que pronto nos enamoraron. De hecho, para esta nueva aventura, por si había dudas en el pasado, se reafirman con autoridad como los nuevos estandarte de la saga. Johnson logra que su arco se desarrolle de gran forma, mostrándonos poco a poco lo que cada uno deberá enfrentar, y sobre todo lo que les podrá deparar hacia el final de la trilogía.

Sí, cuenten de nuevo con la ya mencionada Leia, con C3P-O, Chewbacca (ahora acompañado de los porgs, por cierto), R2-D2, y desde luego el Millennium Falcon.

Quizá el único «pero» que le doy a la película que nos entrega Rian Johnson, es en lo que respecta a algunos de los nuevos personajes. Pues dejando a un lado a Rose (Kelly Marie Tran), quien se vuelve una gran adición a la saga como una muy entrañable personaje, los personajes de Laura Dern y Benicio Del Toro no terminan por cuajar. Es probable que sea el poco tiempo que tienen en pantalla para su desarrollo -y eso que «Star Wars: The Last Jedi» es al momento la cinta de mayor duración de la saga (152 minutos)-, pero por una u otra razón uno como espectador no termina por conectar con esos personajes; cosa que sí sucede y de gran manera -reitero- con el personaje de Rose.

En fin, como resumen, «Star Wars: The Last Jedi» es la película de la nueva trilogía que todos esperábamos. Las naves tienen grandes secuencias (incluyendo como siempre al emblemático Millenium Falcon), los mundos son sorprendentes y alucinantes (ahora sí vemos mundos que no habíamos observado, o que mas bien no se arecen a otros ya vistos), las criaturas están bien logradas (inclusive los porgs, que no resultan hasta eso odiosos), la banda sonora una vez más de John Williams nos emociona (principalmente con un tema, que cuando lo escuchen con una escena en específico, les hará emocionarse como pequeños), y en general la película completa ofrece grandes y tremendas emociones.

No, no diré más porque en verdad ver «Star Wars: The Last Jedi» es todo un agasajo… Bueno, quizá algo más. ¡Bendita media hora adicional a la película! Cuando la vean, comprenderán lo que les digo.

 

«Star Wars: The Last Jedi» estrena -como si no lo supieran- a partir del primer minuto de mañana 14 de diciembre en cines nacionales. Por favor, de manera encomiable, no sean divulgadores de spoilers. Si bien la película no se echa a perder por conocer las sorpresas de la cinta, sí es mejor llegar «virgen» a la proyección y dejarse maravillar por lo que Rian Johnson nos ofrece.

Ah… Extrañaremos a Johnson para el siguiente episodio, J. J. Abrams tiene una vara alta que superar.

Imágenes cortesía de Lucasfilm / Disney.