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Por Elchín Balboa.
Si la noche del pasado miércoles, con la presentación estelar de Godspeed You! Black Emperor, decíamos por acá que fue como asistir a un ritual oscuro y orquestal, la línea del Festival Aural en el Foro Indie Rocks! no se quedó nada atrás y nos llevó por distintos escalafones del noise en una verdaera noche de aquelarre.
Energética, eléctrica, desquiciada y estrambótica, así fue la segunda entrega de conciertos del Aural. Con una línea distinta, menos exquisita, más sucia y tremendamente vigorosa, las agrupaciones que se dieron cita no dejaron de sorprender y de crear el zangoloteo demoniaco entre los asistentes.
Los primeros en saltar al escenario fue el dueto mexicano de (SIC), integrado por Rodrigo Ambriz y Julián Bonequi, quienes derrocharon energía y una sobrecargada dosis de salvajismo gestual y gutural. Entre la poderosa loquera de la percusión y la polifónica y policromática plasticidad de la voz, las piezas de (SIC), siempre impregnadas de improvisación y de la intuición en vivo de sus integrantes para seguirse el viaje, se creó un ambiente profundo, de cavernas lingüísticas inexistentes, donde cada tamborazo, cada convulsionado tono desagarrado, proveniente de las mismísimas tripas de Rodrigo Ambriz, contribuyeron a la primera fase de la catarsis colectiva en el Indie.
Poco después tocó turno al dueto formado por el legendario japonés KK NULL (Kazuyuki Kishi Kishino, también miembro del emblemático trío de noise rock Zeni Geva) y el baterista húngaro y ruidista trotamundos Balázs Pándi. Entonces de las cavernas comenzó a hervir el frenesí de los cuerpos y de sus emanaciones. La saturación de canales, la distorsión y esa algodonosa fibra chocante del ruido, poco a poco y también de golpe, se apoderaron de cada rincón de la sala para ir atizando la fogata que explotaría de lleno más tarde.
Así, ya con los ánimos incendiarios y caldeados en sudor los espectadores, se abrió por fin plaza Lightning Bolt, la banda protagonista de la noche. Brian Gibson y Brian Chippendale, bajo y batería respectivamente, terminaron de propagar el ruido demente por la sala, en la que fue su primera presentación en México. Con una mezcla tóxica y escandalosa entre el speed metal, el free jazz y, por supuesto, el noise, los oriundos de Estados Unidos fueron generosos en rugidos y salvajes batacazos.
Unos minutos antes, varios incautos como yo fuimos por un trago (carísimo, por cierto, como ya es costumbre en tremendos festivales como éste que empezaron siendo gratuitos. Válgame, como van cambiando los tiempos y el hambre de los bolsillos). Luego, al regresar a la pista antes de la entrada de la banda con trago en mano se armó el vendaval. A los primeros gruñidos y tamborazos de Lightning Bolt el slam reventó con sendos brincos, codazos y empujones, todos los tragos salieron volando desparramándose sobre propios y extraños y se generó un ritual desquiciado, de extraño erotismo pasivo agresivo. El ruido de los gringos locos hizo vibrar hasta el subsuelo el concreto y las carnes para darle un sello frenético al segundo concierto del Aural.
Se trató de otra presentación épica, plena de interferencias e infectos ambientes sonoros para hacer sangrar los oídos, que se suma al grandioso concierto ofrecido el pasado miércoles por Godspeed You! Black Emperor. Así que viendo cómo va el festival, in crescendo y bien definidas sus líneas musicales, no podíamos perdernos los eventos venideros. A darle camaradas…
Fotos cortesía de Malfi Co.
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