Por Asfaltos.
Es cierto, la Navidad nunca vuelve a ser la misma desde que uno deja de ser niño. Y no, si bien sí hay un peso importante en los regalos, se trata mas bien de esa inocencia pura de la edad que si bien podemos hacer permenezca, nunca vuelve a ser la misma… Se trata, pues, de vivir la Navidad como cuando niños. Pero bien, a todo esto, ¿a ustedes quién «les traía»? ¿Santa Claus, el Niños Dios? ¿Los Reyes Magos?
En México existe -¿o existía?- una fuerte tradición de que los Tres Reyes Magos fueran los responsables de, la noche del 6 de enero, entregar los presentes a los niños mexicanos. La tradición era más popular que la del «más gringo» Santa Claus, aunque desconozco ahora si con el paso del tiempo ésto ésto permanezca siendo igual.
Es por ello que existen más tradiciones relacionadas a los Reyes Magos, que a Santa Claus. Por ejemplo: que nosotros como niños dejáramos junto a la ventana nuestros zapatos junto con un poco de paja para los animales que transportaban a los Santos Reyes. Sí, la paja desaparecía al día siguiente, mientras que junto a los zapatos aparecían uno o varios presentes. Otra tradición, que permanece en cierto modo, es el envío de la carta a los Reyes con ayuda de un globo. La tradición, en sitios tan populares como el Centro Histórico, permanece.
Sin embargo, como ya expresaba anteriormente, las tradiciones se han ido perdiendo. Santa Claus ha ido ganando espacios, y tanto los zapatos como los globos van desapareciendo poco a poco. Que los niños reciban los regalos en los intercambios navideños ha sido otro factor para desplazar las tradiciones de años.
Pues bien, mientras recuerdan ustedes qué regalo les traían los Tres Reyes Magos, les dejo yo una vez más con Las Ardillitas de «Lalo» Guerrero, quienes nos recuerdan quiénes eran Gaspar, Melchor y Baltazar.
Ah… creo que uno de los recuerdos más lindos de mis Navidades como infante incluyó justamente a los Santos Reyes. ¡Juré por mucho tiempo que los había visto partir de nuestro departamento! Momento… confirmo que así fue.
Foto: Julio Cesar Gervacio.
Leave a comment
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.