Por Asfaltos.
Creado por el caricaturista, productor cinematográfico y animador estadounidense, Walter Lantz, el Pájaro Loco es sin duda uno de los personajes animados más reconocidos en el mundo. Lanzado al estrellato en noviembre 25 de 1940, apareciendo primero en la caricatura de Andy Panda producida por el mismo Walter Lantz, el Pájaro Loco se convirtió de inmediato en uno de los personajes favoritos de los niños, y también de Universal Studios.
Con casi 80 años de existencia, y en tiempos donde los estudios de Hollywood buscan en todos los rincones para reciclar clásicos, llega a cines el primer largometraje del Pájaro Loco. El personaje que fue el máximo representante animado de Universal Studios, compitiéndole cara a cara a las figuras de los otros estudios como Bugs Bunny de Warner y Mickey Mouse de Disney, llega en formato de largometraje de la mano del productor Mike Elliott y del director Alex Zamm.
Zamm, con un paso en televisión, y Elliott, con una larga trayectoria como productor, unen esfuerzos para reintroducir al Pájaro Loco a las nuevas generaciones. 16 años después de que terminara la más reciente serie animada del personaje, «The Woody Woodpecker Show», el regreso del Pájaro Loco lamentablemente no resulta del todo afortunado.
La historia es sencilla. Después de quedar sin trabajo, despedido del despacho de abogados donde labora, Lance Walters (Timothy Omundson) -obvio homenaje a Walter Lantz– emprende una aventura junto a su novia (Thaila Ayala) rumbo a una vieja propiedad enclavada en un bosque cerca de la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, en otro inesperado giro -para el personaje, no tanto para el espectador-, Lance suma a su hijo Tommy (Graham Verchere), quien termina por ir un poco «a la fuerza».
Cuenta la leyenda que el Pájaro Loco llegó a la mente de Walter Lantz porque éste, en plena Luna de Miel, no pudo conciliar el sueño gracias a una serie de golpeteos que trató de acallar; lanzándole una piedra al origen de aquel ruidero -sí, un pájaro carpintero-, Lantz se percató de un curioso sonido que terminaría siendo la inspiración de la mismísima risa del futuro personaje. Pues bien, algo así le pasa a su «homónimo», Lance Walters.
Con una trama esperadamente predecible, sacada del cajón del cine familiar de verano de fórmula (aunque nos llega el estreno en pleno invierno, además lluvioso), «El Pájaro Loco: La película» funciona… si lo que se busca es una película meramente palomera para meter a los niños casi hora y media a un sitio donde estén un tanto entretenidos. Con humor básico, sin olvidar lo clásico escatológico, «El Pájaro Loco: La película» se suma al poco o nulo tratamiento que personajes como Los Pitufos y el Oso Yogui padecieron también al ser lanzados a la pantalla grande.
Una lástima que un personaje clásico de la infancia de muchos no recibiera el menor esfuerzo por un trabajo digno. Quizá las productoras deberían poner mayor esfuerzo y echarle un ojo a ejemplos como «The Peanuts Movie» (2015) para ofrecer algo más a la altura del personaje que como recordaba al principio de este texto, sigue siendo a pesar de todo uno de los principales estandartes de la animación de la compañía productora.
«El Pájaro Loco: La película» estrena mañana viernes 26 de enero de 2018 en exclusiva por Cinemex (sí, por el momento tanto Warner ni Universal han estado estrenando en Cinépolis, así que atentos).
Con imágenes cortesía de Universal Pictures.
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