Texto y fotos por Yemmy Sierra.
Esta entrevista se dio en el marco del 4to Encuentro de Artesanos y Diseño Artesanal que se realizó en el Museo Nacional de Culturas Populares en junio del 2017, por alguna extraña razón se había quedado guardada pero la historia de este grupo es de las que deben ser contadas porque se quedan grabadas en el corazón y nos recuerda que hay muchos mexicanos construyendo, ayudando, apoyando y dejando un mejor futuro a las siguientes generaciones.
Foto: Martín, Doroteo y Justino Flores durante su plática en el 4to Encuentro de Artesanos y Diseño Artesanal.
Martín Flores Juárez, Doroteo Flores Juárez y Justino Flores Méndez vienen de San Martín Tecorrales comunidad perteneciente al municipio de Olinalá Guerrero, vienen como representantes del Grupo Artesanal Tecomaque, un grupo de artesanos nahuas que buscan preservar, enseñar y difundir la técnica de laqueado de piezas artesanales.
Mapa: Municipio de Olinalá en Guerrero.
La comunidad de San Martín Tecorrales como otras en México sufrió los estragos de la migración: se perdieron vínculos familiares. Para los jóvenes la combinación del distanciamiento familiar, contar con mucho tiempo de ocio y no tener aspiraciones aunada a las pocas opciones para salir adelante generaron problemas de drogadicción y alcoholismo. En este entorno, con falta de estudios y pese a que los abuelos no veían un futuro en las artesanías un grupo de jovenes decide emprender. Al organizarse como grupo, una de las primeras barreras que tuvieron que pasar fue romper con los usos y costumbres ya que se consideraba que las mujeres debían estar únicamente en el hogar, que no deberían de trabajar. En el grupo hay 18 personas activas la mayoría mujeres. Se tuvieron que capacitar y retomar su cultura, los abuelos ya decoraban los guajes pero no tenían muchas oportunidades de venderlos por lo que poco a poco fueron abandonando este trabajo.
La labor que hace este grupo es verdaderamente impresionante porque retomaron la técnica de origen prehispánico. No usan pinturas ni lacas industriales, para la decoración recolectan pétalos de diferentes flores silvestres, piedra, aceite de chia, con los cuales obtienen colores naturales y realizan los diseños y la aplicación de lacas a mano. Su proceso empieza desde la preparación de la tierra para sembrar porque ellos siembran los bules o guajes y la chía que utilizarán, también realizan la recolección de las piedras que usan Tezikaltelt que es de difícil recolección ya que se toma de un peñón y el camino lo recorren a pie, también recolectan toktetl y tekoztle.
Llevan 5 años trabajando, me sorprendió ver sus piezas ya que esperaba una decoración burda, pero no, su trabajo es exquisito. Algo que me impactó mucho es lo perfumadas que están las cajitas de Olinalá, Martín explica que la madera de Olinalá sólo se corta en luna llena. Para que un árbol pueda ser cortado debe tener al menos 15 años ya que de lo contrario su perfume no durará. Si todavía no están sorprendidos con el trabajo de este grupo déjenme contarles que hicieron un proyecto de reforestación de árboles de lináloe y zompantle.
Este grupo tiene como misión preservar, enseñar y difundir la técnica de laqueado tradicional y como beneficio para sus integrantes ayuda a darles un oficio y a que puedan aportar para el sustento de sus familias.
Sólo como dato cultural en 1994 se otorgó denominación de origen a OLINALA y se aplica la denominación de origen a la materia prima que se utiliza en la manufactura de baúles y cajas de madera, que provienen del árbol de lináloe, arbusto localizado en las localidades de la región y a su muy particular proceso de fabricación.
Foto de portada: Tallado en madera, guajes y cajas de Olinalá.
Yemmy Sierra. Amante de la artesanía, la comida, la vida y la buena compañía por lo que a menudo me encuentran en ferias y exposiciones junto a mi familia. Apasionada del aprendizaje, siento repentinos e intensos llamados que me han llevado desde estudiar japonés hasta loditos uno en cerámica. Me gusta sobreanalizar la vida, sumergirme en mis pensamientos, encontrar nuevos caminos, recorrerlos y desrecorrerlos. Aún conservo la esperanza en la humanidad y creo que cuando cambie yo, cambiará el mundo: he encontrado en el emprendimiento la manera de sublimarme.
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