Maya Ch’ol: la cosmovisión maya plasmada en una prenda contemporánea

Texto por Yemmy Sierra.
Fotos por Luis Alfonso García y Yemmy Sierra.

El año pasado conocí a Isabela Maya durante el 4to Encuentro de Artesanos y Diseño Artesanal que se realizó en el Museo Nacional de Culturas Populares en junio del 2017, y desde entonces la sigo porque sus creaciones me encantan. Isabela es la creadora de la marca Maya Ch’ol que integra la cosmovisión maya en prendas contemporáneas, logrando así que cada pieza tenga un diseño único y un significado simbólico, pero también cuida la calidad de cada pieza, promueve el comercio justo y la integración económica de las mujeres indígenas de Chiapas a través de la producción artesanal.

Isabela Maya es una auténtica indígena maya ch’ol de Palenque Chiapas. Ch’ol significa hombres de la milpa u hombres creados de maíz y es una etnia indígena que pertenece a la cultura maya. Isabela aprendió a bordar de su abuela quien fue una de las grandes mujeres choles bordadoras, además de que le transmitió la cosmovisión de sus ancestros mayas acerca el cuidado de las plantas, de los animales y del entorno natural que nos rodea. Con su abuela como inspiración, para Isabela es importante conservar y seguir transmitiendo este conocimiento.

Mapa: Ubicación de Palenque en el estado de Chiapas.

La forma romboidal y piramidal es la más utilizada en el arte ch’ol. En el bordado, los rombos son las escalinatas, arriba es el panchan (cielo), luego el mundo donde vivimos: el mundo de los humanos y abajo es el Xibalbá (inframundo), la obscuridad: el infinito, ese nuevo mundo a donde vamos al morir. El centro es la unión, la dualidad (hombre/mujer, día/noche) el lugar donde nos encontramos con nosotros mismos, donde se adquiere sabiduría, crecimiento, apoyo, la espiritualidad.

Las escalinatas de las pirámides o rombos también es el encuentro con el hermano, con el hijo o amigo, los principales o los mayores llevan de la mano al otro a enseñarle el camino de la sabiduría y cuando éste se encuentre listo, entonces podrá emprender su viaje e instruir al siguiente. Es la vida diaria crecer en conocimientos día a día, caminar, tropezar hasta que algún día se adquiere el chujlel (alma-sabiduría).

Los colores también tienen su significado, el rojo y naranja son los colores del padre sol que es la vida, el guía. El azul y el verde en ch’ol no se distingue cada uno es yäjyäjx que es el cielo y la tierra. El morado y amarillo son los colores del maíz y el negro el color de la noche de Xibalbá que también es parte de la vida.

Foto: Frente y reverso de un bordado Ch’ol antes de integrarse a una prenda.

Las artesanas que integran la cooperativa textil Maya Ch’ol son originarias de Palenque y del ejido Roberto Barrios, en Chiapas, por lo que Isabela combinan elementos de los grupos étnicos ch’ol y tzeltal.

Foto: Dos de las artesanas que realizan el bordado Ch’ol.

El bordado tzeltal posee colores exuberantes, en especial cuando se decoran las rosas, las flores, regularmente de color fucsia y rojos, también representan los cosmos con rombos e iconos de animales cósmicos como la serpiente, conejos, sapo, alacrán entre otros.

Isabela, quien además se capacitó en corte y confección, siempre está creando nuevos modelos y tiene una gran variedad de productos: vestidos, blusas, guayaberas, faldas, cojines, toallas de mano, pie de cama, monederos entre otros. Ninguna prenda de Maya Ch’ol pasa por un proceso industrial y cada pieza es única en su tipo.

Al adquirir una pieza, se compra un poco de la cultura maya en un diseño actual, apoyando a conservar y continuar el trabajo del bordado artesanal hecho por manos indígenas. Aquí la puedes seguir.

Yemmy Sierra. Amante de la artesanía, la comida, la vida y la buena compañía por lo que a menudo me encuentran en ferias y exposiciones junto a mi familia. Apasionada del aprendizaje, siento repentinos e intensos llamados que me han llevado desde estudiar japonés hasta loditos uno en cerámica. Me gusta sobreanalizar la vida, sumergirme en mis pensamientos, encontrar nuevos caminos, recorrerlos y desrecorrerlos. Aún conservo la esperanza en la humanidad y creo que cuando cambie yo, cambiará el mundo: he encontrado en el emprendimiento la manera de sublimarme.