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Una (de muchas) reflexión tras los dos Óscares de Guillermo de Toro

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Por Asfaltos
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Como todo México lo sabe, la tarde/noche de ayer el mexicano Guillermo del Toro se hizo acreedor de dos Premios de la Academia, los famosos Oscar. Guillermo ganó un Oscar como productor de «La forma del agua» (2017) gracias al reconocimiento a «Mejor película»; y otro Oscar como «Mejor director» de la misma cinta. El Oscar a Guillermo del Toro como «Mejor director», significa además el cuarto para un mexicano en los últimos 5 años. Fanfarrias, mariachis, tequila y hasta algunos entusiastas en el Ángel de la Independencia no faltaron para aumentar más el color y el festejo. Guillermo del Toro se llevó la noche, y con él otros mexicanos más aderezaron la ceremonia.

 

«No ganó México, ganó del Toro porque se fue de México», escribía un amigo a través de su cuenta de Twitter. En el mensaje se lee de manera implícita lo siguiente: 1) No ganó México como país, ganó Guillermo del Toro como individuo. 2) Ganó del Toro porque se fue de México, ya que aquí no encontró la forma de lograrlo. Reflexiono.

¿Es eso cierto? ¿Aplica también para los demás ganadores del mismo premio como Alfonso Cuarón por «Gravedad» y Alejandro González Iñarritu por «Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia» y «El renacido»? ¿Aplica para los también mexicanos Eugenio Caballero (Oscar a «Mejor diseño de producción por «El laberinto del fauno»), Guillermo Navarro (Oscar a «Mejor fotografía» por «El laberinto del fauno») y Emmanuel Lubezki (ganador de tres Oscar a «Mejor fotografía» por «Gravedad», «Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia» y «El renacido»)?

Sí, es cierto que no ganó México como país, sino que ganó Guillermo del Toro como individuo. No ganó México porque todo México no está involucrado en el éxito personal de Guillermo del Toro. Si acaso estará la parte de México correspondiente a la familia y amigos de Guillermo, así como la gente que le creyó y le apoyó cuando éste no era aun «alguien cinematográficamente hablando»; además estará también el equipo de mexicanos que trabaja y ha trabajado con él, posiblemente. Pero hasta ahí. Ni usted, ni el servidor que escribe, somos parte del triunfo individual de Guillermo del Toro. Que nos llene de gusto, que nos regocije y que nos provoque alegría: eso es otra cosa.

¿Guillermo del Toro consiguió el triunfo fuera de nuestras fronteras porque éste no era posible aquí?

Primero habría que tener claro que el reconocimiento a los mexicanos con el Oscar se realiza en el marco de una premiación de una academia de cine extranjera que celebra a su cine. Evidentemente por el peso mediático que tiene una ceremonia como los Oscar, se ha generalizado la idea de que esta premiación reconoce a lo mejor del cine en general; pero no, los Oscar son el premio que anualmente concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (AMPAS por sus siglas en inglés), una organización estadounidense creada inicialmente para promover la industria de cine en aquel país. Sí, así como los BAFTA en Gran Bretaña, los Goya en España y los Ariel en México premian al cine de sus respectivas industrias, los Oscar hacen lo propio con la suya. No es el Mundial del Cine, para decirlo de manera simple.

Sí, ganar un Oscar es un triunfo con ineludible repercusión mundial, ¿pero podríamos afirmar acaso que ganar en los Oscar es la única manera de triunfar en el cine? No. Hay, de hecho, una amplia lista de mexicanos que han optado por otro tipo de triunfos, igual de válidos que el de Guillermo del Toro que ojo, no demerito de ninguna manera. Mencionemos tan solo a Alonso Ruizpalacios y Manuel Alcalá, ambos reconocidos recientemente con el Oso de Plata al «Mejor guión» por su película «Museo» en la edición 68 de la Berlinale, uno de los festivales de cine más importantes del mundo; o también destaquemos a Amat Escalante, ganador del León de Plata del Festival Internacional de Cine de Venecia por la recién estrenada «La región salvaje». Ejemplos hay muchos.

Hay, también, mexicanos que triunfan con cine en nuestro país. Es más, algunos mexicanos triunfaron en México antes de hacerlo fuera.

En el caso de Alejandro González Iñárritu nos encontramos ciertamente con un caso atípico, pues apenas con su primer largometraje «Amores perros», «El Negro» pisó firme de inmediato en la AMPAS gracias a su nominación por «Mejor película de habla no inglesa» en los Oscar; aunque cabría recordar que antes de ello la película ganó el gran premio de la semana de la crítica en el Festival de Cannes y con el tiempo se convirtió también en la película más premiada en los festivales de cine de aquel inicio de la década. Sí, «Amres perros» es una película que se logró hacer en México.

Alfonso Cuarón, aunque su segunda película «La princesita» (1995) fue ya una cinta de producción estadounidense, consiguió con la producción mexicana «Y tu mamá también» (2001) el éxito internacional que le catapultó de manera definitiva en el mercado estadounidense.

El caso de Guillermo del Toro tiene ciertamente algunas particularides que sí podrían abonar a la afirmación específica de mi amigo, pues fue gracias a su paso por el cine mundial (primero arropado nada mas y nada menos que por Pedro Almodóvar) que se fue forjando su nombre hasta el momento en el que lo tenemos hoy; es más, como bien se destacó en una entrevista increíble realizada por Rafael Sarmiento con ayuda del estimadísimo Erick Estrada de Cinegarage.com, Guillermo del Toro padeció algunos males nacionales que le impidieron en su momento el reconocimiento del que hoy goza.

Pero volviendo una vez más a la idea del éxito nacional antes del estadounidense -y por lo tanto mundial, una vez más por el énfasis mediático-, otros mexicanos que pisaron el escenario de la premiación de los Oscar son ejemplo de que es posible triunfar en México. Gael García Bernal dio el brinco internacional gracias a su trabajo en la mexicana «Amores perros»; mientras que si bien también le ha tocado picar piedra a Eugenio Derbez como extranjero, habría que aceptar que parte también de su éxito ha sido cosechado por su fama en México que muchos connacionales abrazan para ayudarle a consolidar su trabajo.

El asunto acá es que ni el triunfo es sinónimo único del Oscar, ni que para hacerlo hay que salir siempre de nuestro país; es decir: el Oscar es un triunfo, pero para triunfar es posible hacerlo también en México.

¡Felicidades Guillermo del Toro! ¡Qué sean muchos triunfos más! Ojalá que muchos mexicanos, inspirados en tu increíble noche, consigan sus respectivos triunfos en donde éstos les encuentren.

IMG_5743Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.

 

 

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