Por Asfaltos.
Siempre que se estrena una película, algo que me resulta de interés es el contexto en el que se presenta. Qué sucede en el mundo, qué sucede en el país o localidad de donde sale, qué temas toca con énfasis y de manera obvia. Muchas películas tienen algo que decir, un mensaje pues. Ese es el caso de «Tropa de héroes», cinta que hay que entender en el contexto en el que se estrena… o también, si somos justos, como parte de toda una política de Estado.
Siempre que veo una película, intento abstraerme de cualquier idea de ella. En la medida de los posible -no siempre se puede-, no veo ni un avance, ni le pongo atención al póster, a la sinopsis y desde luego evito cualquier reseña o crítica al respecto. Digamos que me gusta llegar «virgen» a la función, para entonces a partir de ahí dejarme llevar. Ese fue el caso de «Tropa de héroes», de la que tampoco recordaba haberme percatado que contaba con la presencia de Chris Hemsworth.
Sí, Chris Hemsworth para mayores referencias es el mismísimo Thor del Universo Cinematográfico Marvel; en «Tropa de héroes» interpreta al Capitán Mich Nelson, héroe del ejército estadounidense en uno de los momentos más críticos de ese país.
La película comienza con una secuencia de imágenes que nos van ubicando en el contexto. Estados Unidos es constantemente blanco del terrorismo, muchos países buscan hacerle daño y por ello hay que tomar acciones -ese es el discurso de la cinta, ojo-. Nos encontramos entonces en el tiempo «presente» de la cinta, justamente la mañana del 9 de septiembre de 2011, e día que cayeron las Torres Gemelas. El Capitán Mich Nelson veía la televisión, para posteriormente correr y volver a pedir a su equipo que había dejado por una pausa y por un ascenso que le dejara en paz con su familia. ¡Venganza! ¡Contraataque!
Como es de esperarse, Nelson se embarca a Afganistán y se alista para la primer misión posterior a aquel funesto 9 de septiembre. Esa es la historia que escriben Oscar Ted Tally y Peter Craig, que produce Jerry Bruckheimer y que dirige como ópera prima el galardonado fotoperiodista y documentalista Nicolai Fuglsig.
La película nos va presentando las peripecias de un grupo de estadounidenses que busca alinear a su causa a un grupo de afganos que buscan la misma venganza contra los talibanes responsables de la peor matanza en suelo estadounidense. Sin embargo, y de manera un poco decepcionante, la historia no fluye de manera correcta y por momentos se vuelve hasta un poco tediosa. Para empezar, el protagonista, Hemsworth, no tiene nada de carisma. Al lado de él brillan más el propio Michael Shannon (por cierto, en esta versión un poco decolorado) y el mismísimo Michael Peña. Que el protagonista se vea cuadrado y no genere ninguna simpatía, es un problema claro de la cinta, y en este caso tanto del actor como del director.
Además, retomando el papel del director, Fuglsig logra algo que parecería impensable: hacer secuencias de acción sin una pizca de emoción. Sí, hay escenas clásicas de guerra con muchos balazos, bombas y granadas, pero no es suficiente. Algo sucede con las secuencias de acción que como Hemsworth, nada mas no cuajan. Una lástima, pues en manos más hábiles como las de Spielberg o Nolan -éstos dos, ejemplos probadísimos del cine de este tipo-, podrían haberse percibido más interesantes.
En fin, añádanle además de las fallas ya mencionadas, el hecho de que el mensaje no va de ninguna manera desapercibido. La cinta parece más un boletín para el enlistamiento al ejército, o para sostener una política militar, que una película. A mí, personalmente, ese dato me fastidió toda la cinta.
¿Corran de ella? No, si quieren algo que los haga pasar el rato, vayan con bien, sobre todo analizando la opinión de este humilde servidor que es personalísima. «Tropa de héroes» estrena mañana viernes 9 de marzo en cines nacionales.
Con imágenes cortesía de Diamond Films México.
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