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Por Luis Gerardo Regalado Ruiz de Chávez.
Esta semana trataré un tema completamente coyuntural a la época electoral: las encuestas. Si bien llega un momento en que se vuelve desesperante el hecho de llevar un tracking de las diferentes encuestas publicadas, aquellos que nos interesamos en la elección solemos conocer los datos presentados de memoria.
Pero, ¿cómo debemos leer una encuesta e interpretar sus resultados? ¿En qué nos tenemos que basar para saber si los hallazgos presentados son o no significativos? Intentaré explicarlo de la mejor manera posible.
El primer punto a tratar es el referente a la metodología de la encuesta. Cuando usted, apreciable lector, revise una encuesta lo primero que debe hacer es revisar que metodología es utilizada siendo el dato más importante el numero de casos y la forma en que se levantaron los datos.
El problema del número de casos es fundamental: pocos casos pueden generar un nivel de significancia de la encuesta muy bajo por lo que las hipótesis planteadas pueden ser rechazadas. Un número menor a 1,000 nos debe hacer dudar completamente.
Por otro lado la forma en que los datos son obtenidos pueden generar fallas, este es un error endógeno a las encuestas. Si es levantada vía telefónica es mas fácil que el encuestado nos mienta, y en persona puede sentirse presionado y no expresar sus preferencias verdaderas.
El segundo problema deriva de las preguntas que han sido respondidas y los hallazgos que se presentan derivados de esas respuestas. Es común que varios medios o encuestadores presenten, por ejemplo como «Preferencias Electorales» la respuesta a la pregunta: ¿Usted quien cree que va a ganar? Esto es clásico y es obvio, que se crea que el candidato «x» o «n» va a ganar no significa que se simpatice con él y mucho menos que el encuestado vaya a votar por aquel candidato que cree que va a ganar. A menudo vemos aquí una amplia diferencia, pero los medios presentan esta pregunta como si fuera de preferencias electorales. Mucha atención cuando revise los hallazgos y no se deje llevar por este error.
Entonces, cuando escuche algún dato relevante sobre preferencias electorales, revise qué y cómo se está presentando. No vaya a caer en las redes de la manipulación de medios o encuestadores.
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