Por Andrea García Borja.
Seguramente muchos de ustedes saben que el pasado 22 de abril se celebró el Día de la Tierra. Más de mil millones de personas, alrededor de todo el mundo, se reunieron para celebrar a nuestro planeta y para realizar actividades de mejoramiento ambiental y de concienciación social.
Supongo que algunos se preguntarán qué es el Día de la Tierra. Bueno, pues cada año, el 22 de abril, se conmemora lo que se considera como el nacimiento del movimiento ambientalista en 1970. Es cierto que en esa entonces prácticamente nadie se cuestionaba acerca del daño que los humanos estábamos causando al planeta. La mayoría de la gente aceptaba la contaminación como un efecto secundario del avance científico y tecnológico; era considerada un precio bajo a cambio de la prosperidad. La verdad es que muy pocos alcanzaban a ver los efectos negativos de la misma.
Una de las pocas que se percató del lado obscuro del desarrollo para la prosperidad fue la escritora Rachel Carson. En 1962 ella publicó Silent Spring un libro considerado como el precursor del movimiento en pro del medio ambiente. Ella hizo el primer llamado de atención acerca del daño que se estaba causando al planeta, y sí que fue escuchado, su libro se convirtió en un best-seller. La autora se enfocó en los efectos negativos que producen los pesticidas en los animales y en las personas. Su libro fue fuertemente criticado por algunos y ella fue tachada de histérica y paranoica; ahora nos damos cuenta que Carson no era histérica ni paranoica, sino una visionaria que se percató de que las personas estábamos destruyendo el planeta poco a poco.
Regresando al Día de la Tierra, quiero decir que me encanta que este evento se haya vuelto ya una tradición global. En el Día de la Tierra no solo se celebra al planeta sino que es una forma de unir a millones de personas bajo el estandarte de la protección ambiental, sin importar su raza, religión o condición social. Además el Día de la Tierra se ha convertido en un evento a nivel mundial y recibe bastante atención de los medios de comunicación; esto ayuda a aumentar los programas ambientales, a reafirmar el compromiso público y anima a las personas a involucrarse en el activismo ambientalista.
Creo que lo más importante es recordar que todos los días es el Día de la Tierra. Convirtámonos en agentes de cambio, como lo fue Rachel Carson, logremos que nuestro día a día se convierta en una celebración de este magnífico planeta. Si lo vemos de esta manera, llevar un estilo de vida ecofriendly no se vuelve una carga o una responsabilidad, sino una manera fácil de ayudar a preservar la belleza y las maravillas de nuestro planeta; de paso nos damos una ayudadita para que el deterioro ambiental no nos afecte tanto.
Fotografía: NASA.
Andrea excelente articulo, felicidades.
Me gusta que siempre trates de crear la conciencia en tus lectores, para ayudar al planeta¡¡¡¡
¡Muchas gracias por tu comentario Lulú!