Mañana se conmemora en México, y en muchos sitios de Estados Unidos, el 150 aniversario de la famosa Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862 contra el ejército francés de Napoleón III. Mucho se dirá de este día, sin embargo, a mí me gusta contar siempre la misma historia. ¿O es que no se han preguntado cómo se vivió esa fecha en la ciudad de México?
Podría decirse que se vivió la transmisión de la batalla prácticamente en vivo. Así es, la línea telegráfica entre Puebla y México había sido inaugurada, lo que hacía que la información fluyera de manera constante para los habitantes del hoy Distrito Federal. De hecho, muchos de estos habitantes se colocaron en torno de la que era la oficina de telégrafos en espera de buenas noticias.
Ese 5 de mayo de 1862, muy temprano, Ignacio Zaragoza anunciaba vía telégrafo lo siguiente: “En este momento que son las nueve y media de la mañana, tengo a la vista la vanguardia del ejército invasor y tengo formado mi campo a suburbios de la ciudad”. Así, a las 10:45 de la misma mañana, el siguiente mensaje de Zaragoza había sido éste: “El enemigo está acampado a tres cuartos de la garita de esta ciudad. El cuerpo de ejército listo para atacar y resistir”.
El protocolo no era complicado. El presidente Benito Juárez recibía primero el mensaje y acto seguido se daba a conocer a los ciudadanos. Así, a las 12:28 horas de ese día, Zaragoza anunciaba que las hostilidades habían comenzado. “Son las 12 del día y se ha roto el fuego de cañón por ambas partes”. Ahora bien, ¿se imaginan la angustia y el pavor de la gente mientras esperaban un telegrama y otro? Es como si mandaras un mensaje importante a alguien y no te contestara. Bueno…, casi parecido.
La tensión fue subiendo, hasta que aproximadamente a las 14:30 horas en medio del nerviosismo, llegó otro mensaje desde Puebla. “Los zuavos se han dispersado y nuestra caballería trata de cortarlos en este momento”. Los nervios en la capital mexicana fueron en aumento, mientras que en Puebla, las hostilidades que nos cuentan en los libros se llevaban a cabo.
Un poco después de las 5 pm se recibió una información que albergaba esperanzas. “Dos horas y media nos hemos batido. El enemigo ha arrojado multitud de granadas. Sus columnas sobre el cerro de Loreto y Guadalupe han sido rechazadas y seguramente atacó con cuatro mil hombres. En este momento se retiran las columnas y nuestras fuerzas avanzan sobre ellas. Comienza un fuerte aguacero”.
¿Cómo acabó todo ese día? ¿Cómo fue que los mexicanos de la capital fueron a sus casas? ¿Con qué mensaje se irían? Bien, pues imaginemos que ese 5 de mayo de 1862 había twitter. Así es, no piensen que estoy loco, mas bien imaginen que ese último mensaje fue transmitido al presidente Juárez de ese modo y que en su computadora leería lo siguiente.
nachozaragoza Las armas nacionales se han cubierto de gloria.
5:49 PM May 5th from TwitterBerry
Ese tweet, o mejor dicho telegrama, sería probablemente el mensaje telegráfico más famoso de la historia mexicana. Un fav inmediato, sin duda…
Bibliografía.-
Juan A. Mateos, El Sol de mayo, México, Porrúa, 1978.
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