Por Asfaltos.
Curiosamente los dos estrenos de cine nacional de este fin de semana, retoman las historias de dos figuras históricas de nuestro país. Ya les platiqué hoy mismo de «Los adioses» de Natalia Beristáin, y toca ahora hacer lo propio con «Tormentero» de Rubén Imaz. En «Tormentero», Imaz nos presenta una historia basada levemente en la figura de Rudesindo Cantarell, el descubridor de la zona petrolera más importante de nuestro país; hombre que sí, por cierto, murió olvidado y en la miseria.
Romero Kantún, interpretado por José Carlos Ruiz, es un pescador en el retiro que vive aislado y solitario en una casa en la Isla de Tris. Alcohólico y esquizofrénico, Don Rome lidia en ese lugar con los fantasmas de su pasado que le atormentan; tanto de quienes se le fueron a lo largo de su vida, como de la vida misma que se le fue escapando de entre las manos. Haber descubierto un importante yacimiento de petróleo fue una gran oportunidad, ¿pero lo fue para él? En «Tormentero» Rubén Imaz nos propone descubrirlo.
Bellamente filmada, con un ritmo que nos invita a adentrarnos en esa angustiante pesadilla que vive día a día Romero Kantún, «Tormentero» se convierte en toda una experiencia para quien se permite disfrutarla. La historia sencilla, es presentada de gran manera gracias al buen oficio de Rubén Imaz, quien con una serie de elementos diversos nos invita a traducir la esquizofrenia vivida por un hombre que intenta reconciliarse consigo mismo.
José Carlos Ruiz es sin duda uno de los ingredientes más importantes de la cinta. Con una actuación sobresaliente, cargando prácticamente con todo el peso de la película, el veterano actor desarrolla con creces el dilema interno que su personaje padece. Observamos gracias a su interpretación, el conflicto de Romero Kantún, quien deambula entre la desesperanza, el desasosiego y el coraje de la particular situación que le tocó vivir.
Alrededor de él, y sin decir más para no estropear una parte esencial de la película, una serie de personajes le acompañan para hacernos ver con contundencia el drama de su historia. Hay, por ejemplo, una escena en donde unos hombres le llevan a celebrar por el descubrimiento que realizó; el resultado de esa invitación rima perfectamente con las caras de los anfitriones, mismas que apuesto serán las mismas que ustedes pongan cuando se topen con ese momento específico de la película.
Visualmente la cinta es sobresaliente. Con una gran fotografía, contrastando lo paradisíaco del lugar con lo asfixiante de la situación del personaje central, Imaz nos introduce en un particular mundo en el que las barreras entre lo real y lo irreal son tan difusas como innecesarias. Y es que hacia el final, en algo que puede resultar un poco confuso para el espectador, terminamos envolviéndonos nosotros mismos en esa pesadilla de la que nos hace cómplices el director de «Tormentero».
«Tormentero» es entonces una propuesta distinta e interesante para este fin de semana en la cartelera cinematográfica nacional. Es además un paso más en la carrera de un director que ha apostado por afinar su propio lenguaje con resultados muy afortunados.
«Tormentero» de Rubén Imaz estrena mañana viernes 24 de agosto en cines nacionales. La propuesta es que la vean y posteriormente la comentemos, ¿qué dicen?
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