Por Asfaltos.
El día de ayer les platicaba del estreno en cines de “Los adioses«, película dirigida por la mexicana Natalia Beristáin que cuenta parte de la emocionante vida de la escritora y activista Rosario Castellanos. La cinta, con una marcada visión femenina, pone sobre la mesa el tema del papel de la mujer en nuestros días. En una escena de la película, Castellanos se lamenta por el hecho de que la lucha de la novohispana Sor Juana Inés de la Cruz siga siendo la de las mujeres de su tiempo -y la de las de ahora-. Pues bien, «La buena esposa» (2017) de Björn Runge se suma a la conversación de interesante manera.
Joe Castleman (Jonathan Pryce), un escritor de avanzada edad, espera ansiosamente en su cama junto a su esposa una eventual llamada que le cambiaría para siempre su vida. En plena madrugada la llamada cae. Su esposa, Joan (Glenn Close), le acompaña en un segundo auricular para escuchar “la buena nueva”: Joe ha sido elegido como el Nobel de Literatura de ese año. Felicidad absoluta: ambos esposos de toman de la mano y saltan sobre la cama. ¿Felicidad absoluta? La iremos descubriendo.
Dirigida por el director de cine sueco Björn Runge, “La buena esposa” nos presenta de entrada el esperado regreso con un estelar de la ya veterana actriz Glenn Close. Close demuestra así que su capacidad actoral es más sólida que nunca. En una industria con pocos papeles para las mujeres de su edad, haber interpretado a Joan Castleman debe haber sido sin duda muy estimulante. Sin decirles mucho más, para no estropearles alguna sorpresa, el personaje de Glenn Close se inserta también en medio de las discusiones sobre el papel de la mujer en tiempos de violencia contra ella.
Jonathan Pryce, quien interpreta al esposo de “La buena esposa”, no se queda atrás. Su interpretación de Castleman es perfecta dada su complejidad. Vamos descubriendo, poco a poco junto a él, el secreto detrás de ese buen matrimonio que se enarbola en efecto en gran parte gracias a la “buena labor” de una mujer que se ha limitado con su “buena conducta” a “portarse como se debe”.
Lamentablemente para efectos de la cinta, las actuaciones de los dos actores que interpretan las versiones más jóvenes de los personajes de Close y Pryce, no se encuentran a la altura de éstos, logrando así por momentos una cinta dispareja en la que su presencia poco aporta al buen curso de la cinta. Desde luego que los recuerdos de juventud de ambos presentan detalles vitales para la trama, pero reitero que éstos no son redondos como los de la historia central.
A pesar de lo anterior, en general, “La buena esposa” se mantiene como una cinta interesante y entretenida. El espectador que se permita observarla, disfrutará con las dos actuaciones ya mencionadas, y desde luego con los enredos que se nos van presentando tras la aparentemente buena noticia del Premio Nobel de Literatura para Joe Castleman. Sí, como curiosidad adicional observamos a Christian Slater en un papel importante para la trama.
La cinta, como ya mencionaba y destacaba al principio de este texto, suma además un buen tema para la conversación posterior de la deuda social que existe para con el papel de la mujer. Junto a Joan Castleman nos sumamos a la reflexión de ella como “La buena esposa”. Sí, reitero y sostengo también que desde luego nos emocionamos con una historia llena de saltos y vueltas. A pesar de lo irregular que pueda llegar a ser en el general de las ya mencionadas actuaciones, “La buena esposa” vale la pena ser disfrutada en pantalla grande.
“La buena esposa” estrena hoy viernes 24 de agosto en cines nacionales. Sin duda una buena recomendación. ¿La ven y la comentamos?
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