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Se ha realizado ya el primer debate entre candidatos a la presidencia de México de 2012 a 2018. Si bien se hablará mucho de este ejercicio que a pesar de todo es un legado a nuestra joven democracia, en este espacio me enfocaré en un tema que me parece de suma importancia. Sobre todo en estos tiempos electorales donde los ánimos siempre se calientan.
Un detalle que siempre me ha preocupado de los debates en México, es que son todo menos eso, debates… Hablaré en esta ocasión del formato, que lamentablemente, se encuentra estancado y ha sido una limitante para la correcta fluidez del mensaje de emisores a receptores.
El tema del formato da mucho de qué hablar, desde la falla de concebir un debate que limita a los propios argumentos que debieran ser los protagonistas de estos eventos democráticos, hasta el hecho de todos esos otros aspectos que le rodean como la elemental producción. ¿O es que no sobresaltaron desde el inicio detalles tan simples como la edecán?
En 18 años de debates en México el tema del formato es algo que ha pasado de lo menos importante a lo intrascendente. ¿Dónde quedan todas esas voces que han clamado desde hace ya varios años que hay que buscar un formato más adecuado? En plena era de las telecomunicaciones da pena tener que ser testigos de debates tan mal organizados y producidos.
Es nuestra responsabilidad, como ciudadanos libres, exigir a las autoridades competentes (IFE) que se tomen cartas en asuntos de importancia democrática. Que no se confunda el cambio de formato para privilegiar los ataques, sino para una mayor fluidez de ideas y el mejor desfile de los argumentos.
¿Y del contenido del debate? ¿Los resultados? ¿Las opiniones? Esos temas, queridos lectores, se los dejamos en sus manos. Por ello, y en el mejor ánimo de que sean ustedes quienes nos compartan sus opiniones en este su espacio, les dejamos la grabación del primer debate presidencial. La mejor opinión es y será siempre la suya.
La fecha del segundo debate se ha fijado para el 10 de junio.
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