Texto por Eduardo Meléndez.
Fotos por Jesús Ortega.
12 de octubre de 2018, el día que se destinó para que se le hicieran honores a uno de los discos más emblemáticos del trío chileno Lucybell, en el que, si no es el mejor (a reserva de la diversidad de opiniones y gustos), se encuentra fácilmente dentro de mis tres recintos favoritos para ir a disfrutar de un gran concierto, El Plaza Condesa.
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En caso de que desconozcan de quiénes y qué estamos hablando, se trata de una de las bandas más exitosas de Chile, que se ha internacionalizado a través de 27 años de carrera; el qué, es simple, su “disco rojo” haciéndose con 20 años desde su lanzamiento. Si continúas a través de ésta cobertura, tendrás buenas recomendaciones para que puedas ampliar tu oído.
Sin tener banda o artista telonero, Lucybell se deslizó en el escenario para arrancar con el set list de su disco homónimo, con su estilo más que consolidado y abriendo paso a la memoria de sus seguidores que en lo profundo saben que la única forma de “Flotar es caer”.
En lo que ya se ha forjado como un estilo clásico al momento de rememorar un disco, se hace gala de los más fieles que conocen a la perfección el orden de éste pilar de la banda; y a punto de arrancar el segundo latido el público da un salto al iniciar “Caballos de histeria”, para cerrar su primer tercia de ases con “Rojo eterno” atacando como rey.
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Ya marcado el ambiente, aunque de forma sencilla y humilde que los caracteriza, simples y suaves pausas, ante un foro prácticamente a toda su capacidad; en pleno vuelo se escuchó pasar “Mírate en mi” y que en un quinto asalto Cote Focea dejara la batería y tomara una guitarra acústica; así, Claudio (vocalista y guitarrista) se dio el permiso de bajar con sus fans, compartir, cantar, abrazarse, tener esa calidez que es propia en los chilenos.
Se repasó de la A a la Z, con el resto de temas como “Dame calma”, “Sembrando en el mar”, “Solo soy un adicto”, “En mil años” y finalmente “No naceré”, lo que es en su conjunto el “disco rojo” de finales de 1998 que fue producido y mezclado por la misma banda.
Como era de esperarse y en lo que básicamente sería imperdonable en su visita a México, comenzaron a sonar éxitos forjados en las almas que se dieron cita y también canciones de su última producción “Magnético” de 2017, de los que pudimos apreciar “Salte a tus ojos” y “Luz Magnética”.
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Dentro de las oleadas más coreadas y seguidas en el mar instrumentado de Lucybell, rebotaron en El Plaza “Milagro”, “Sálvame la vida”, y un seductor sonido llegado de “Mataz”.
Ya en luz blanca no se ejecutó el silencio, su gente esperaba su salida de vuelta al escenario con el grito repetido de Lucybell, un encore para satisfacer a este mar hambriento que sería coronado por uno de los emblemas traídos desde «Sesión Futura» (2001); disco en vivo que fungió como celebración de los primeros 10 años de la banda, del cual se desprendió un tema inédito llamado “Mil caminos”, porque «al final de mil caminos, siempre habrá desvíos».
Al final como dice Claudio, después de tocar en varios países y de ellos considerarse ciudadanos del mundo, con México tienen una conexión desde el primer paso que pusieron en esta tierra. ¡Somos una parada obligada que asumen con gran cariño y emoción!
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