Este tema es controversial, difícil de entender y de dimensionar. En realidad aún no sé qué es lo que más convenga al país, a la sociedad en general y al nuevo gobierno; sin embargo la decisión al parecer ya está tomada y no hay marcha atrás.
Por un lado, no sé hasta donde la desconfianza y el sospechosismo de que en el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) las cosas son lo suficientemente chuecas, como para que definitivamente no sea un proyecto viable. Pero por el otro, en el caso de Santa Lucía, será interesante saber en dónde radicará la diferencia sobre la manera en que se liciten o asignen las obras.
Según el Plan Maestro presentado por Grupo Riobóo, se hará en una extensión de 23.2 kilómetros cuadrados, en los cuales ya se prevé otra terminal para una eventual ampliación. Este proyecto contiene un total de 31 conceptos a construir, de los cuales tres se ejecutarían por concesión, como un hotel de 310 habitaciones con un costo de 525.4 millones de pesos; los hangares de mantenimiento y almacenaje de aeronaves por 1,601.8 millones de pesos y el tramo faltante del Viaducto Bicentenario-Circuito Exterior Mexiquense por 1,336.3 millones de pesos.
Un proyecto significativamente menor al NAIM pero que en el fondo, tiene un significado mayor para el gobierno de AMLO. Andrés Manuel López Obrador se empeñó en demostrar que Texcoco no era lo adecuado y aunque no ha sido lo suficientemente claro al justificar esto, mucha gente -más de 700 mil personas que votaron por el sí de Santa Lucía- creen lo mismo que el próximo presidente electo.
Sin embargo, desde mi perspectiva como un ciudadano común y corriente, me surgen muchas dudas prácticas con respecto a si Santa Lucía es la mejor opción.
La primera es los medios de transporte para llegar hasta allá. ¿Habrá algún proyecto especial para esto o solo será ampliar el Viaducto Bicentenario para los autos y todos los demás tendrán que viajar en las combis que circulan por Ecatepec, con maletas y todo?
En cuanto a la infraestructura para los servicios necesarios. ¿Un hotel con 310 habitaciones será suficiente para al menos cien vuelos por hora-o más- que es lo que calculan será el tránsito aéreo? ¿Y para los que no puedan pagar una habitación ahí, en dónde se alojarán? ¿Tecamac, Zumpango o Ecatepec pueden recibir a miles de viajeros que busquen donde pasar aunque sea una noche, de manera segura y cómoda?
Las personas que lleguen de un vuelo internacional al actual aeropuerto y tengan que hacer una conexión para uno nacional, ¿cómo se trasladarán del AICM a Santa Lucía? ¿Cuánto representa esto en costos para los bolsillos de los viajeros? Y no me quiero imaginar en una hora pico el tiempo de los traslados.
Pareciera que todo se ha visto desde la viabilidad en cuestiones técnicas sobre si es factible o no operar dos aeropuertos de manera simultánea; todo lo han planteado desde el aire pero en la tierra, por donde tendremos que transitar eventualmente antes de tomar el vuelo, en eso no hay muchas respuestas aún.
Repito, no sé cuál es la mejor opción desde el análisis técnico, financiero, de inversiones o incluso a nivel político, lo que sí me parece es que para que Santa Lucía sea funcional al 100 por ciento, se necesita mucho más que una ampliación, dos pistas y hangares nuevos.
Se necesita mucha infraestructura pública para que las personas, tanto para las que viajarán como para los que trabajen ahí, puedan tener un acceso seguro y no sufrir cada tanto de asaltos, balaceras y sustos, que desgraciadamente son el común denominador en esas zonas por la violencia e inseguridad.
En fin, que espero haya respuesta pronto a todas estas dudas y que definitivamente Santa Lucía sea la mejor opción y no nos equivoquemos en los cálculos.
Foto: ValK.
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