Por Adyerin Rueda.
Hace 38 años el fantasma de un infante asesinado perturbaba la vida de John Russel el protagonista «El intermediario del diablo» (1980), una de las películas más queridas del reconocido director Peter Medak, homenajeado el pasado 3 de noviembre en el festival Mórbido y a quien se le otorgó la Calavera de Cristal por su fructífera trayectoria cinematográfica.
La premiere de la remasterización de «El intermediario del diablo» se presentó en Ciudad de México como una de los grandes eventos especiales de Mórbido Film Fest. A la proyección acudieron Peter Medak y David Gregory, éste último responsable de que la obra de 1980 cobrara vida nuevamente en la pantalla grande.
“No existía la tecnología que hay ahora, todo tenía que hacerse manualmente y con detalle. Les pido consideren esto al ver la película”, expresó Medak antes de que iniciara la función.
«El intermediario del diablo» narra la historia de un compositor que al perder a su familia en un trágico accidente decide mudarse de ciudad y retomar su carrera en la universidad de la zona. La señorita Claire Norman le ofrece una vieja casa perteneciente a la Sociedad Histórica de Seattle para que resida allí y pueda tocar el piano con tranquilidad, sin sospechar que acontecimientos sobrenaturales sucederían a su llegada. Constantes ruidos y objetos moviéndose por la casa hacen que el músico acepte una sesión espiritista para descubrir que no era locura lo que lo perseguía, sino el alma atormentada de un niño que desea vengarse de quienes, por ambición, le arrebataron la vida. Pareciera que lo sobrenatural siempre busca a los desgraciados para encontrar en ellos empatía y una forma de acercarse al mundo terrenal.
Repleta de escenas icónicas, como la silla de ruedas vacía que recorre desenfrenada los pasillos de la mansión, la que más impactó al director de Mórbido, Pablo Guisa, fue aquella en la que una pequeña pelota roja se aferra a llamar la atención y, en cámara lenta, cae por las escaleras hasta los pies, y ojos atónitos, del personaje principal. Por esa razón, Guisa, recreó la escena en la sala de cine con decenas de pelotas cayendo por los alfombrados escalones; detalle que emocionó a los invitados y conmovió a Peter Medak.
“Le tengo mucho afecto a esta película a pesar de tener cincuenta años haciendo cine. Fue maravilloso trabajar con George C. Scott, un gigante en aquel entonces nominado continuamente al Óscar. Esta cinta requería mucho compromiso de los actores y el equipo para crear una gran historia de fantasmas. No hay nada digital en ella, ninguna tontería digital existía en ese momento; todo fue real: la fachada de la casa se construyó exclusivamente para la filmación y el incendio fue completamente real. Esa es la magia del cine: tomar una cámara y en veinticuatro cuadros por segundo contar una historia. Es un trabajo de terror psicológico y de fantasmas del que me siento orgulloso. Verla nuevamente el día de hoy, remasterizada, me hizo decidir algo importante: Me preguntaron si quería hacer una nueva versión de «El intermediario del diablo» pero con otra persona porque ya soy muy viejo para filmar. Mirar la cinta y lo bien que funciona me hizo darme cuenta que es imposible que alguien realice un remake de mi película, no es posible que hagan algo como lo que vi hoy”, aseguró Peter mientras los fans aplaudían sus palabras. Un lujo que sólo pasa en festivales culturales como Mórbido, en los que se puede disfrutar de películas en la misma sala que su director.
Mórbido Film Fest 2018 se lleva a cabos hasta mañana 10 de noviembre de 2018 en Cinépolis Diana, Biblioteca Vasconcelos, Casa del Lago, Metro Zapata, Metro Coyoacán, Cinemanía, Centro de Cultura Digital, Autocinema Coyote y La Feria de Chapultepec. Para más información consulta el sitio oficial.
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