Por Asfaltos.
No todos los caminos en Netflix llevan a «Roma». Y ojo, no le escribo para provocar a nadie -pues yo mismo le eché loas, y mi compañera Berenice Alamilla también-, sino porque afortunadamente hay más buen cine presente en la plataforma de video on demand por excelencia. ¿Los responsables? Nada mas y nada menos que Joel David Coen e Ethan Jesse Coen, mejor conocidos como los hermanos Coen. ¿El título? «La balada de Buster Scruggs» (2018).
Los hermanos Coen se han distinguido sin duda por esa mezcla de humor negro y emotividad que resulta muy curiosa para el espectador. Sus películas suelen ser trabajos no tan sencillos de digerir a la primera, pero en cuanto atrapan la atención no dejan de ser garantía de un entretenimiento de primera. Sí, «La balada de Buster Scruggs» ya tiene varias semanas de haberse estrenado vía Netflix, pero no queríamos dejar de comentarla por este medio. La película cumple con todas las expectativas que se tiene de la marca de los Coen.
La estructura de «La balada de Buster Scruggs», escrita, dirigida, producida y editada por los hermanos Coen, es la de un compilado de cuentos cortos ubicados en el mismísimo Viejo Oeste. Para el servidor que les escribe, el hecho de encontrarse frente a su género favorito, el western, dirigido por unos de sus directores favoritos, los Coen, era ya una invitación inmediata para poderse sentar y disfrutar la película. «La balada de Buster Scruggs» es sin duda una de las mejores películas del presente año.
Seis historias son las que componen «La balada de Buster Scruggs». Todas, o casi todas, de muy buena manufactura. Pasando del humor negro al drama más conmovedor, los Coen consiguen con una gran mano una perfecta colección de historias audiovisuales que terminan por honrar al western más clásico de la década pasada. Sí, desde luego que la mano de los Coen no deja de estar presente, pero sin duda con un respecto y un cariño por la época que retratan que queda perfectamente manifiesta.
No es la primera vez que los Coen se aventuran con un western. Ya los habíamos visto probar suerte con su remake de «Temple de acero», aunque a mi parecer no con tan buenos resultados; pero también con su muy bien lograda «Sin lugar para los célebres», misma que les haría triunfadores en los Premios de la Academia. Para «La balada de Buster Scruggs» hay en efecto para todos los gustos. Quienes busquen algo absolutamente de humor negro, la primera historia con precisamente Buster Scruggs como protagonista, les resultará un deleite; pero también, para quienes busquen conmoverse, por lo menos las historias cuyas imágenes coloco en esta reseña les resultarán más que perfectas.
Como parte del elenco cabe destacar los tremendos nombres que son incluidos en la película. Tim Blake Nelson, James Franco, Liam Neeson y Tom Waits son algunos de los que reconocerán no solo por sus caras, sino evidentemente también y principalmente por su talento. Mención aparte para Harry Melling y Zoe Kazan, quienes brillan con luz propia en una película en la que comparten créditos con pesos pesados.
Otro elemento importante, además de la extraordinaria fotografía de Bruno Delbonnel -que por cierto, nos hace lamentar no haber podido ver en cines comerciales este estreno-, es sin duda la música de Carter Burwell. El músico es sin duda pieza clave en algunos de los trabajos más emblemáticos de los hermanos Coen, y lo vuelve a hacer ahora con este western que remite a la mejor música de las cintas de este género; sí, me refiero a la del mismísimo Ennio Morricone.
«La balada de Buster Scruggs» es entonces una auténtica gozadera. La verdad es que la película se coloca sin duda entre las mejores de este año, por lo que si cuentan con el servicio de Netflix es de inmediato una de las imperdibles. ¿Si la ven la comentan conmigo? Ya saben que me gusta platicarlas con ustedes.
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