Por Asfaltos.
A pesar de los tumbos que ha dado su universo cinematográfico, parece ser que la suerte sigue del lado de DC Comics y Warner Bros.; en parte, hay que decirlo también, gracias a la tremenda popularidad de sus personajes de historieta. Este es el más reciente caso de Aquaman, el personaje creado en 1941 por Paul Norris y Mort Weisinger. Tras una fama reciente en donde el chico acuático era mas bien víctima del bullying, el Aquaman cinematográfico ha logrado darle la vuelta y entregarnos una versión que ha ganado mucha popularidad.
Desde la elección del actor que daría la vida a Aquaman, en aquella primera aparición en cine live action con «Batman vs. Superman: el origen de la justicia» (2016), las intensiones de la DC por sacudirse las burlas de su también emblemático personaje eran ya muy claras. Jason Momoa, arrancando suspiros sobre todo de la fanaticada femenina, era ya un atractivo para interesarse y darle una vuelta al Aquaman de los memes de la era digital –y también de la época de las caricaturas de los noventa-.
Al día de hoy «Aquaman» ha probado su valía en la taquilla con una recaudación a nivel mundial de más de 846 millones de dólares, lo que la hizo superar ya a «Wonder Woman» (821 millones) y perseguir muy de cerca a «Batman vs. Superman» (873 millones). La cinta ha sido muy bien aceptada por los fanáticos, aunque no tanto por la crítica. En México, entre los colegas de la prensa, parece unánime que «Aquaman» fue una de las peores películas de 2018. ¿Lo es?
El principal problema que sigo notando en el universo cinematográfico de la DC, es sin duda su falta de guía. Si bien «Aquaman» se conecta con algunos de los acontecimientos vividos en la fallida «Liga de la justicia» (2017), ésta se siente todavía más distante de las anteriores películas de la franquicia. Además súmenle que la desconexión no es únicamente con las otras películas, sino hasta consigo misma. A lo largo de la película, con una duración de 2 horas y 23 minutos que se sienten frente a la pantalla, observamos distintas historias que en el afán de contar una historia más amplia, terminan únicamente por estorbarse unas a otras.
He de confesar que no soy el más grande fanático del elemento de la fantasía en las cintas de superhéroes -ya sé, suena contradictorio, pero quizá por eso mi favorito es Batman-, sin embargo también entiendo que es imposible contar la historia de Aquaman sin lo anterior. Muy a pesar de mi gusto o no del elemento ya mencionado, he de confesar que la parte de los mundos acuáticos de Aquaman me pareció interesante y hasta me gustó; pues encontrarse con personajes y elementos que no hacen mas que estimular la imaginación, es algo que se agradece en este tipo de películas donde prácticamente ya lo hemos visto todo.
Sin embargo el problema de «Aquaman» es otra vez esa falta de guía. La cinta quiere contar tantas cosas, que al final no termina por contar nada. Tenemos la historia de los padres de Aquaman, la historia misma de formación de Aquaman, la historia que une al superhéroe con su regreso a Atlantis, la historia de amor que lo liga a Mera (Amber Heard), la historia del hermano de Aquaman quien vendría siendo el villano principal y hasta la historia del villano «de relleno» Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II), entre otras. Todas éstas, unas a otras, se estorban y nos distraen. Por ejemplo, no sé si Black Manta hubiera sostenido toda la película, pero entendiéndolo como el archienemigo de Aquaman, acá queda bastante desperdiciado y tan en segundo plano, que hasta pareciera que no tenían fe en la película y mucho menos en una posible secuela.
Créanme cuando escribo que en verdad quería que me gustara «Aquaman» por el cariño a los personajes de DC, pero la verdad es que la cinta no es para nada redonda. Sí, tiene sus momentos una vez más en el entendido de que son varias historias las que se mezclan, pero vista como un producto completo, creo que al final resulta bastante fallida. ¿Es la peor película de superhéroes del año? Creo, firmemente, que se une a las demás -sí, a las de Marvel-; mostrando así que el género se sigue desgastando y que tendrá que encontrar fórmulas de renovación si es que quiere seguir vigente por mucho tiempo más. Sí, en esta época hay otra película del género que ha levantado la mano, cuya reseña pueden leer aquí.
¿Infumable? Pues no, es más, en mi caso haber visto a Amber Heard cumplió el costo del boleto, y también ver los mundos acuáticos que ya les destacaba. Para las y los fanáticos de Jason Momoa, imagino también res un gran atractivo verle en pantalla con el torso descubierto. De ahí en fuera, «Aquaman» es otra película más. ¿Hasta dónde podrá estirar -en este caso- DC la liga con sus personajes? Al tiempo, pues si bien la película ha resultado un éxito en taquilla, siento yo que en algún momento la fórmula terminará definitivamente por desgastarse.
«Aquaman» continúa proyectándose en cines, pero eso ustedes ya lo sabían.
Con imágenes cortesía de Warner Bros. México.
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