«Una entrevista con Dios»: replantearse la vida

Por Cassiel Miranda López.

Hace mucho hubo un tiempo en el que el hombre confiaba en la existencia de un Dios, de un ser todopoderoso que lo salvaría, que cuando llegara el fin de sus días en la Tierra llegaría a un paraíso. Hoy en día esas creencias ya son muy escasas en los hombres, ya todo se guía por la ciencia.

El director Perry Lang nos cuenta en su película «Jna entrevista con Dios» la historia de un periodista enviado a la guerra de Afganistán; pero a diferencia de cualquier película de acción que se centraría en los acontecimientos de la guerra, esta película nos narra el después de ésta, de cómo nuestro protagonista Paul Asher (Brenton Thwaites) se encuentra con su vida hecha un desastre después de dejar su hogar por un largo tiempo.

La premisa de la película es simple, Paul tiene como propósito entregar su nuevo trabajo al diario “The Herald”, para esto se va a reunir con un hombre que dice ser Dios (David Stratharin) quien pondrá a prueba la fe de nuestro protagonista y lo hará preguntarse qué tan bien conoce su vida y la situación en la que se encuentra.

Si bien no es una película de acción, esta película te mantendrá intrigado por saber más acerca de Dios y del futuro de Paul, quien con cada pregunta que hace parece saber menos de la persona que tiene enfrente. La película también aborda el tema del divorcio desde una perspectiva religiosa, la cual no se presenta muy a menudo en la pantalla grande.

El cast de la película lo conforman Brenton Thwaites como Paul Asher, David Stratharin como el hombre que dice ser Dios, Yael Grobglas como Sarah Asher, esposa de Paul; Hill Harper como Gary, jefe de Paul en «The Herald» y Charlbi Dean Kreik como Grace, una mujer muy importante en la vida de Gary. Si bien el elenco no es de nombres tan conocidos, la actuación de todos es buena; transmiten las emociones del personaje al público y solo en pocos momentos de la película se siente forzada la interacción entre personajes.

 

El filme llegará a las salas de nuestro país mañana viernes 11 de enero, y aunque sea una película con gran contenido religioso, no podemos negar que tanto creyentes como no creyentes podrán no sólo disfrutar de ésta, sino que saldrán de las salas replanteándose si creen o no en algo.