Por Miguel Luckie.
Cada que entre amigos se toca el tema películas de miedo, no pueden pasar desapercibidas las grandes de la historia: «El exorcista», «El resplandor» y en el caso de México, la obra maestra «El escapulario».
«El escapulario» nos cuenta que durante la época de la revolución mexicana, una mujer moribunda manda llamar al joven sacerdote del pueblo, ante quien confiesa poseer un milagroso escapulario que tiene el poder de protegerle la vida a quien lo posea. Antes de morir, la mujer le cuenta al escéptico sacerdote cómo el escapulario salvó la vida de sus hijos, reviviendo así, cuatro insólitas historias cruzadas.
Bajo la dirección de Servando González, la historia cobra un tinte sombrío, lleno de misticismo, en tiempos revolucionarios.
Es increíble como una película de finales de los 60 -época del cine mexicano que se caracteriza por dejar en el pasado la llamada «época de oro»– cuente con tan buena fotografía, una excelente realización y una bellísima ambientación, que logran que «El escapulario» se vea como una grandísima producción cinematográfica.
Técnicamente, la película innovó en México, mostrando encuadres poco vistos en esa época, correcciones de color -que a la fecha en muchas casas productoras se pasa por alto-, cámaras subjetivas y elementos narrativos que lograron que el espectador sea un personaje más del mismo film.
La narración visual no tiene grandes fallas e inclusive se atreven a experimentar con tomas que pocas veces se habían utilizado en México, hasta esas fechas. En cuanto a la iluminación, el juego creado por Servando González resulta crucial para la historia.
Es una película increíble y llena de suspenso, la parte que más me impacto es cuando el jinete trotando en su caballo en medio de la noche se encuentra con la noche obscura y con viento escalofriante, el caballo muestra su espanto en con jadeos y tratando de detenerse, incluso de regresar en el camino y de repente aparece un hombre con huaraches y colgado de un árbol y en silencio, solo se escucha el viento, de repente con voz de ultratumba «bájame» en repetidas y pausadas ocasiones…. Se las recomiendo, una gran película.
¡Muchas gracias por tu comentario Javier! Saludos.