Por Asfaltos.
No se los voy a negar, siempre que toco un tema de género me es muy difícil desarrollarlo. Me resulta así porque el tema es muy complejo, y porque sí, como hombre, hay muchos elementos que desconozco de la experiencia de las mujeres. Como parte de un ejercicio que propuse con motivo del pasado 8 de marzo, encontré que la mejor forma de tocar el tema por mi persona, era simplemente abriendo las puertas a que ellas se expresaran: en ese ejercicio, que les recomiendo lean, propuse que fueran nuestras colaboradoras las que se preguntaran y se contestaran a sí mismas sobre los temas que más les interesan.
Es una tristeza que el mundo en el que vivimos sea tan adverso para las mujeres desde hace tantos, pero tantos años. No creo que desde siempre, pues históricamente hay espacios en la humanidad donde no ha sido siempre así, pero sí por lo menos en el mundo del que somos más conscientes recientemente. En México, definitivamente, ser mujer es un riesgo absoluto. Salir a la calle significa enfrentarse a un mundo donde son vistas como víctimas; salir a la calle les significa a muchas mujeres la posibilidad de no regresar a sus casas.
De Amsterdam, Holanda, los Snowapple vuelven a dar de qué hablar en Reconoce MX tras aquella vez en que se los presenté. Enamorados de nuestro país, con una conciencia social muy marcada y una sensibilidad que sin duda desarrollaron tras la experiencia por estas tierras, los Snowapple nos regalan una versión muy dura, muy dolorosa, muy cruda y tristemente muy oportuna, del clásico «La llorona».
«La llorona», aquella que en las leyendas de nuestro país lloraba a unos hijos muertos o de manera más general a una nación indígena asesinado, regresa a nuestros tiempos para llorarle a sus hijas, a las mujeres de este país que desaparecen sin un solo rastro de justicia por venir. Con una letra tremenda, que estremece a cualquiera, los Snowapple nos regalan una versión de «La llorona» que debiera retumbar en los oídos de las autoridades responsables de una crisis humanitaria de proporciones inmensas.
Como hombre a cargo de un espacio musical, de un espacio de difusión como Reconoce MX, lo que me queda es abrir espacios de difusión para esfuerzos tan loables como éste. A nivel personal lo que me queda es intentar borrar los rasgos de años de machismo en nuestra cultura, para que futuras generaciones vayan transmitiéndoles en menor cantidad en los próximos años.
¡Aplausos para Snowapple! ¡Aplausos para esta versión de «La llorona»! Pero por favor, que la canción deje de estar de moda y se convierta solo en un doloroso recuerdo de nuestro pasado…
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