Por Asfaltos.
Tras 22 ediciones del exitoso Tour de Cine Francés que llegará una vez más a salas Cinépolis en el último cuarto del presente año, la distribuidora Nueva Era Films en colaboración con Telefilm Canada apuesta por un ciclo más bajo el lema de «Un cine diferente». Se trata de la Semana de Cine Canadiense que este 2019 vivirá su primera edición. En Reconoce MX, en el continuo ánimo de presentarles propuestas distintas, nos pusimos a revisar las 7 películas que componen esta nueva muestra, siendo «Las dos Cassandras» la primera de ellas.
Dirigida por la realizadora canadiense Patricia Rozema, parte de la corriente de cineastas de Toronto nacidos entre 1980 y 1990, «Las dos Cassandras» es una cinta íntima y femenina. La trama nos presenta a Cassandra (Amy Nostbakken/Norah Sadava), una joven escritora que como cualquier joven pasa sus días entre sus deberes y sus pasatiempos. Tras una noche de juerga, en donde la vemos departir con otra chica, Cassandra se despierta al día siguiente para encontrarse con varias llamadas provenientes del celular de su madre. Sí, la madre de Cassandra le marca antes de morir y ella no le pudo contestar.
Reconocida por su ópera prima «En el bosque», Patricia Rozema se ha destacado principalmente y desde hace ya varios años como una realizadora de televisión. Con «Las dos Cassandras» la canadiense llega apenas a su segunda cinta, pero una que resulta muy interesante por los varios y diversos elementos que le componen. De entrada, el hecho que sin ganas de echarles a perder nada, nos encontremos precisamente frente a dos Cassandras.
Interpretada simultáneamente por Amy Nostbakken y Norah Sadava, observamos que la otra chica con la que notamos a Cassandra es Cassandra también; es decir, que hay en pantalla dos Cassandras que se plantean de manera muy interesante por parte de la directora y también guionista de la película. Por momentos reflejándose como si de un espejo se tratara, imitando movimientos, repitiendo diálogos y replicando actitudes, Cassandra y Cassandra terminarán siendo también diferenciadas y confrontadas. Observamos, entonces, que hay un rompimiento fuerte en Cassandra que terminó replicando en esta compleja división.
Ya una vez entrándole al juego propuesto por Rozema, resulta sencillo perderse en la serie de detalles que incluye ella a lo largo de la película. Inclusive por ahí se asoma una divertida escena tipo musical que terminará por presentarnos la diversidad y complejidad de los dos personajes que terminan siendo uno. Si bien el ser humano es de por sí ya un ser complejo, con «Las dos Cassandras» la realizadora ahonda más en es enrevesado tema para enriquecer su trama.
Entre las muchas herramientas que la directora utiliza para acompañar su película, destaco la muy cuidada fotografía a cargo de la también canadiense Catherine Lutes, quien juguetea con una paleta de colores que va de lo opaco a lo luminoso tipo neón, para ir representando a su vez la complejidad ya descrita de las dos Cassandras. Del mismo modo sucede con la banda sonora de Amy Nostbakken -sí, la misma quien actúa y coescribe el guion-, quien se mete en la enmarañada mente de su personaje para presentarnos de otra manera el dilema ya presentado.
Sí, como destaqué desde el inicio, «Las dos Cassandras» es una película que se siente femenina desde el principio. El motivo es por demás obvio, pues además de tratar una historia que aborda una muy compleja relación entre madre e hija, en la realización observamos al mando de la dirección, la producción, la música, la fotografía y la edición, a un muy talentoso grupo de mujeres que toman la encomienda para llevarla finalmente y de manera exitosa a buen puerto. Este punto de vista, pocas veces observado en una cinta de gran presupuesto de esas que saturan las salas de cine comercial, es de entrada refrescante y de agradecerse.
«Las dos Cassandra» es entonces una cinta muy recomendable que permitirá una reflexión posterior sobre la relación entre madres e hijas, pero sobre todo y de manera primordial, sobre la mujer. No diré más porque ese es precisamente el meollo de una película cuya que se disfruta ir descubriendo poco a poco gracias a la destreza de la realizadora. La invitación, entonces, está sobre la mesa para que disfruten a partir de mañana de la Semana de Cine Canadiense 2019.
La Semana de Cine Canadiense se exhibirá en el espacio de Sala de Arte Cinépolis en Ciudad de México, Guadalajara y Querétaro del 29 de marzo al 4 de abril. Posteriormente comenzará su recorrido del 5 al 28 de abril dentro del circuito cultural por diversas ciudades como las propias Ciudad de México, Guadalajara y Querétaro, así como por Monterrey, Aguascalientes, Cuernavaca, Durango, San Miguel de Allende, Tijuana, Zacatecas, Campeche, Tulancingo y Toluca. Para más información consulta el sitio oficial.
Con imágenes cortesía de la Nueva Era Films.
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