La entrañable «After Life» de Ricky Gervais

Por Asfaltos.

Parece sorprendente que hayan pasado ya cinco años desde el final de la serie «Derek» de Ricky Gervais, misma que pudimos y pueden ver todavía en Netflix. La serie seguía los pasos de Derek, un entusiasta ayudante en un asilo, quien por su vulnerabilidad e inocencia casi infantil, era ridiculizado y marginado. Es, en el asilo, donde Derek encuentra el cariño de viejos sabios que le acompañarán a lo largo de los 14 episodios que duró la serie. Bajo la ahora productora Derek, Ricky Gervais regresa una vez más a Netflix con un trabajo igual de entrañable llamado «After Life».

Ricky Gervais, para quienes no le conocen, es un personaje en todo el sentido de la palabra. El comediante, uno de los muchos británicos que merecen más espacios a nivel masivo, resulta refrescante para quienes gustan de las series breves, pero bien hechas y sobre todo contundentes. Con un manejo cómico que le ha valido éxitos como «The Office» (la original, la que dio pie a la gringa) y «Extras», Gervais regresa con una producción que nos hace pasar de la carcajada a la lágrima. Sí, Gervais tiene esa extraña habilidad de sacar diversas emociones de elementos que de entrada parecieran no provocarlos.

Con el humor que le caracteriza, Ricky Gervais nos presenta en la serie que escribe, produce, dirige y estelariza, a Tony, un hombre cuya vida se encuentra suspendida tras el inesperado deceso de su esposa víctima del cáncer. Sin ánimos de vivir, anclado en esa relación que le hizo tan pleno pero que de un zarpazo se acabó, Tony considera el suicidio para terminar con la que considera él es ya una fútil existencia. Sin embargo, detenido por su perra Brandy -una pastor alemán preciosa que me recuerda por cierto a una que tuve en la infancia-, Tony se mantiene con vida intentando encontrar la razón para seguir así.

Como en «Derek» nos encontramos con personajes sencillos que parecieran no tener ningún interés, pero que a medida que los vamos conociendo nos van atrapando. Igual nos topamos con personajes que podrían repelernos en una primer instancia, pero que si nos permitimos conocer terminarán creando una empatía inesperada que sin duda nos logrará sacar más de una sonrisa. No es mentira, con «After Life» así como en «Derek», pasamos de la carcajada loca a la lágrima a moco suelto; sí, Ricky Gervais conoce bien cómo apretarnos y soltarnos el gañote en los momentos adecuados.

Descubriremos en «After Life» el camino de un agrio Tony que asegura que sin ganas de vivir se ha vuelto inmune inclusive hasta de quienes pudieran quitarle su «poca emocionante» vida. Con un papá en el asilo enfermo de Alzheimer, un empleo en el poco interesante periódico local que dirige su hermano y rodeado de gente a la que poca o nula estima ni respeto les tiene, Tony tendrá que lidiar con su existencia para a la par que escucha el último mensaje que le dejó su esposa en vida, encontrar la razón para levantarse día con día.

Además de los momentos emotivos y alegres, en «After Life» sumen a la ecuación una banda sonora a la medida que les provocará detenerse en cada momento para anotar su nombre y posteriormente escucharla. No, no hay necesidad de lo anterior, acá les dejo la liga a la música de «Afer Life» que redondea muy bien la breve serie de 6 capítulos de la primera temporada. Sí, no se preocupen, una segunda temporada ya fue confirmada por Netflix; así que síentanse seguros de que ese cliffhanger del final deberá tener un desarrollo que de entrada anticipo no será tan rosa como esperamos.

«After Life» es entonces una serie sencilla pero muy emotiva que conectará sin duda con sus setimientos más profundos, y que sobre todo les hará reflexionar sobre algo tan complejo y emocionante como la vida misma.

 

Si ustedes buscan una serie distinta en el universo de Netflix, «After Life» es una opción más que adecuada; además, si les gustó «Derek», si bien se encontrarán con Ricky Gervais y con una historia igual de emocionante, se toparán también con varias caras conocidas.

¿Si la ven me comparten sus impresiones? Ya me dirán si no quedaron conmovidos por esta linda serie de apenas 6 capítulos que se devora con absoluta tranquilidad.

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.