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Por Meraz (de Los Weeds).
Recibí una invitación de unos amigos para asistir a su boda en Las Vegas, Nevada. Al principio descarté la posibilidad de ir, pero unos días antes del evento, decidí comprar un vuelo a Juárez. Llegué al Paso, Texas, con 100 dólares en mi cartera y una cajetilla de cigarros. Viajamos en coche durante 12 horas para llegar al desierto de Nevada.
Siempre escuchaba historias, experiencias y dichos de la gente sobre esta ciudad, pero en cuanto llegué me di cuenta que me encontraba en Sin City. La gente tomando en las calles, escaleras eléctricas que te cruzan de lado a lado, mujeres muy hermosas caminando por todos lados (la mayoría americanas y orientales).
Tenía la idea de hacer este viaje al estilo Fear and loathing in Las Vegas, pero tuve que ajustarme a mi presupuesto y a la ocasión. Al llegar al hotel compramos un par de botellas y cervezas para el cuarto y nos dirigimos a explorar por las calles.
Cuando mis 100 dólares se convirtieron en 20, decidí apostar en una máquina llamada Fiesta Party, que me dio un par de dólares para seguir la fiesta.
Las Vegas es un lugar donde te diviertes con toda la actividad que existe en las calles y los personajes que ahí habitan. Encuentras desde el chavo metalero americano que toca con su guitarra y un amplificador, un cuarteto de violín, un dueto de chellistas, hasta un grupo de rock interpretando éxitos americanos con absoluta precisión, casi como si fuera la pista del disco. Lo que más me gustó fue la interpretación de un cantante de r&b que tocaba el piano; fue impresionante ver cómo todos en la audiencia cantaba sus rolas.
Sin duda alguna, lo mejor fue la Bachelorette Party, un excelente strip club donde había mujeres de todas las nacionalidades. Las chicas se acercaban para ganar su dinero esa noche. Dos chicas me llevaron a un VIP Room donde me ofrecieron un baile privado de 15 minutos por 100 dólares a cada una. Como esta actividad no estaba contemplada en mi presupesto tuve que desistir, pero me dejé querer un rato, lo cual fue realmente agradable y sin pagar.
Aún sigo en las Vegas, donde por el momento me encuentro en un asado muy americano con hot dogs and burgers. Terminando iré a descansar a la suite del hotel, donde generosamente los novios me han dado hospedaje. Gracias a su hospitalidad pude darme esta escapada del DF; sin duda algo que ya me hacía falta.
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