Entre la espada y la pared

Por Fernanda Pazarán.

Por un lado tenemos al presidente que dice que todo va bien -él es la espada- y por el otro tenemos a todos los economistas, periodistas y a las calificadoras diciéndonos que todo está mal -la pared-. El punto aquí es que me gustaría pensar que el presidente es un hombre inteligente y que en verdad tiene certeza de que los programas en su gobierno van a funcionar. También me gustaría pensar que hay personas que en verdad no lo querían como presidente y por eso son tan pesimistas. Me gustaría pensar que no todo va tan mal.

Todas las noticias desencadenan incertidumbre por los problemas internacionales que afectan directamente la estabilidad de nuestro país: migración, Donald Trump, el gigante asiático y la economía global. Pero a nivel nacional, Andrés Manuel López Obrador no demuestra tener la capacidad de mantener las prioridades en el foco de sus políticas. Parece ser un simple discurso mediático, en donde ser ridículo y ocurrente, es lo que lo mantiene como el líder carismático que el país necesita.

Ni soy «chaira», ni soy de la mafia neoliberal -«fifí»-. Soy una mexicana más que se preocupa por los niveles de inseguridad, por la pobreza, por la falta de medicinas en los hospitales, en que ni la gasolina ni los impuestos han bajado. Soy una ciudadana más que reclama acciones contundentes -las cuales pertenecían a su discurso de campaña- para resolver los males de nuestra nación.

El hecho de que tantas personas tengan desacuerdos con el señor presidente y todo se conteste con renuncias inesperadas, culpando al pasado y decirles “chayoteros” a los periodistas, son cosas que no resuelven nada. Si las palabras no son acompañadas por acciones, entonces seguimos igual que siempre. Y como en todo, han habido discursos buenos y necesarios, en donde realmente se exclama por justicia, pero ahora son minoría.

También me gustaría pensar que sigue siendo precipitado calificar el gobierno como bueno o malo, si hay una cuestión histórica y problemas estructurales que dificultan la capacidad de actuar. Pero si las acciones son tomadas sólo porque los asistentes del mitin alzaron las manos, eso no demuestra una democracia ni responsabilidad gubernamental.

En el contexto global, parece que ningún intento -nacionalista, de izquierda, o populista- puede desarrollarse de una manera efectiva. Esto no quiere decir que sea una corriente mala para el mundo, pero es un hecho que es más fácil en la teoría que en la práctica. Al final, en un mundo capitalista las cosas no se hacen con amor y buena voluntad. De cierta manera el capitalismo ha funcionado, solo que debe reestructurarse de manera que atienda las fallas hacia el ámbito social, pero estoy convencida de que para allá vamos.

Regresando a los problemas nacionales, me parece acertada la propuesta ante los flujos migratorios, no hay nada más que resuelva la crisis más que una propuesta económica sobre el desarrollo de Centroamérica. Entiendo la disconformidad de algunos compatriotas, pero lo que se había hecho hasta ahora no evitaba el flujo migratorio.

Lo más importante en este momento es que se nos hable a los ciudadanos con transparencia, que cada acción de gobierno sea clara en sus propósitos y el flujo de dinero. Un hecho que provoca descontento es que la población económicamente activa, no recibe los mismos beneficios (o un equivalente) a los programas con una situación vulnerable. Sin ánimos una mal interpretación, la realidad es que también debe haber beneficios para los que contribuimos económicamente, disminuir la inseguridad o crear trabajos justos, ayudaría bastante.

Foto: Snake3yes.

Fernanda Pazarán / #ConcienciaRCMX. Soy estudiante de Relaciones Internacionales. Soy ambientalista, con una ideología liberal y de izquierda. Estoy convencida de que el mundo puede mejorar y que el cambio lo hacemos cada uno de nosotros. Me gusta escribir de todo tipo de temas, pero tengo una preferencia mayor por los temas políticos tanto nacionales como globales. Siempre hay un elefante en la habitación del que se tiene que hablar. He participado en diferentes eventos diplomáticos y políticos.