#GIFF2019: «Nothing Fancy: Diana Kennedy», entrañable y deliciosa

Por Berenice Alamilla.

El documental de la vida de Diana Kennedy se proyectó como parte del Festival Internacional de Cine Guanajuato 2019, en compañía de la directora Elizabeth Carroll y de la protagonista misma: Diana Kennedy. Un filme que en 72 minutos te hace reír, llorar e impresionarte de la cantidad de preciosos hallazgos que se encuentran escondidos a lo largo de la República Mexicana.

Para los que no conocen a la protagonista de esta película documental, Diana es una cocinera y escritora inglesa, amante de la naturaleza y de la vida misma. A sus 92 años ha recorrido gran parte de México buscando las joyas que el país tiene escondidas en lo que a gastronomía se refiere. Kennedy nunca tuvo hijos y cuando la muerte tocó a su puerta para llevarse consigo al amor de su vida, Diana empacó sus cosas y se dedicó a viajar por nuestro país, donde conoció a grandes eminencias de la cocina, y no, ellas no tenían carreras como chefs internacionales ni nada por el estilo, sino que en sus cocinas rurales se preparaban toda clase de manjares que la cocinera inglesa aprendió a preparar.

Su pasión por la comida de nuestro país la hizo escribir unos cuantos libros al respecto, diez en total, además de haber tenido un programa al aire llamado “The Art of Mexican Cooking”, donde enseñaba a sus televidentes a realizar platillos típicos mexicanos de lo más variados. En distintas ocasiones se le critico por ser inglesa y haber logrado convertirse en una autoridad de la comida mexicana, pero a ella nunca le importó ya que su carácter y su determinación se anteponían a ello.

Por su dedicación, sus comentarios directos y honestos, se ganó el corazón del público e incluso un par de reconocimientos. Entre ellos la Orden Mexicana del Águila Azteca por parte del gobierno mexicano. La película logra captar la esencia de Diana, así como su humor, al hacer estallar al público en vítores y risas con sus comentarios irreverentes y socarrones. La película en sí es una delicia, casi tan comparable con la chef inglesa misma, y ni hablar de lo apetitoso que se ve todo lo que se prepara en pantalla, puesto que es un reflejo de la vida misma de esta mujer.

El filme dirigido por Carroll va entrelazando la vida de Kennedy con fragmentos de su realidad actual, donde ella vive en una pequeña casa con un enorme jardín donde esconde sus joyas, esas plantas de las que crecen las frutas y verduras con las que realiza sus platillos. A sus 92 años, la lucidez y la energía con la que vive esta mujer resulta inspiradora. Y es muy grato ver cómo Elizabeth ha logrado capturar a esa mujer en pantalla, al punto de sentirla cercana, casi como si fuera una vieja amiga o mejor aún una abuela que le cuenta a sus nietos sus aventuras de cuando era más joven. Así se siente esta película: cercana, familiar y sincera.