Por Berenice Alamilla.
En un México contemporáneo, donde la migración y la separación forzada de las familias son el pan de cada día, Yago Muñoz dirige “Paper Boats”, la película que protagoniza la familia de Pedro Damián, literalmente. Y es que junto con su hija Alexa y sus tres nietos, se nos narra la historia de este hombre solitario que solía ser “pollero” y ayudaba a pasar a los migrantes a través de la frontera. Por otro lado tenemos a su hija (Alexandra Melkman) quien vive en San Francisco con sus tres hijos, sin embargo, un día recibe una notificación y tendrá que lidiar con ella para evitar ser deportada de los Estados Unidos. Es aquí cuando arranca la historia, pues para evitar que los niños terminen en la calle, la madre decide enviar a sus hijos con su abuelo mientras resuelve su conflicto legal.
La historia comienza con una relación rota entre padre e hija, ya que ella lleva viviendo mucho tiempo en Estados Unidos de manera ilegal y al no tener papeles le es muy difícil acudir a verlo; una grieta que se intensifica hasta casi romper la relación entre ellos cuando muere la madre y ella no está ahí para apoyar a su progenitor.
En pantalla podemos ver cómo se intensifica la relación entre el abuelo y sus tres nietos, quienes tenían cuatro, cinco y siete años al momento de empezar a grabar la película. Esta relación no solamente se desarrolló en pantalla, sino en la vida real, según nos comentó el protagonista de esta ópera prima de Yago Muñoz. Damián comentó que no conocía muy bien a sus nietos debido a la distancia y en cuanto su hija le propuso hacer esta película, deicidió aceptar, aunque creía que sería algo mucho más casero e íntimo, de lo que terminó siendo, a tal punto de haberse proyectado ya en varios festivales.
La crudeza que se refleja en la película se logra a través de la marcada diferencia entre la vida que solían llevar los pequeños con su madre en Estados Unidos, que con todo y sus carencias se ve un cambio radical en cuanto llegan a México y tienen que acompañar a su abuelo a pescar en bote por la mañana e ir a venderlo posteriormente. Un pueblo pequeño y rural es el escenario principal de este filme, al igual que el local El Oasis, una mezcla de bar y restaurante donde se reúnen los hombres de la localidad para ver partidos de futbol, compartir una cerveza y comer.
Al ser la primera película del joven director, Muñoz logra contar una historia que pinta la tierna infancia que se ve interrumpida por la cruda realidad de este país, sin embargo, tiene algunos aspectos que no terminan de cuajar del todo. Entre ellos está el audio y lo forzado de algunos de los diálogos. La fluidez se ve interrumpida en ocasiones por estos rasgos, mientras que la fotografía impecable a cargo de Bruno Gaeta es sin duda una de las mejores partes de la película.
“Paper Boats” es una película que demuestra la esencia del Festival Internacional de Cine Guanajuato, dejándote con ganas de “Más cine, por favor”.
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