Mil novecientos noventa y cuatro, parte 1.
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Mil novecientos noventa y cuatro, parte 1

P A R T E 1 | P A R T E 2

Por Enrique Figueroa Anaya.

«Quienes no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo», Jorge Santayana.

Poco se ha hablado de la historia reciente de nuestro país, ya que pareciera que para los libros de historia oficiales, ésta termina precisamente con los hechos marcados como parte de la revolución mexicana.

Era el 1 de enero de 1994 en el bello estado de Chiapas, México, cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) le declaró la guerra al Estado Mexicano. Ese sería un levantamiento que daría fuertes dolores de cabeza a los gobernantes en turno y que serviría como presagio de un año que como mexicanos no deberíamos olvidar. De manera contrastante en esa fecha, entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados Unidos y México, tratado que ponía a México frente a una modernidad aparente que terminaría tambaleándose ante un sistema político mexicano que volvió a dar muestras de ser anticuado.

Enero fue un mes que convulsionó al país. El día 3 el Ejército Mexicano se enfrentó a los rebeldes zapatistas (momento en el que el Subcomandante Marcos aparecería en escena). Para el 5 de enero se reportarían cerca de 61 muertos; los aviones de la Fuerza Aérea Mexicana habrían bombardeado los alrededores de San Cristóbal de las Casas. El 7 de enero dos torres de la CFE habían sido dinamitadas en Michoacán y Puebla; para el 9 de enero dos bombas estallarían, la primera en Plaza Universidad en la ciudad de México y la segunda en Acapulco, Guerrero.

 

1994 se recuerda, ya cada vez de manera más lejana para un país lamentablemente acostumbrado a la muerte, como el año en el que sería asesinado el candidato a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio Murrieta. La culebra, de Banda Machos, será siempre una melodía que evoque el magnicidio en Lomas Taurinas, Tijuana. Sin embargo, la memoria olvida rápidamente que ese fue el mismo año en el que se habían secuestrado más de 150 empresarios en el país, entre ellos, el que fuera Presidente del Consejo de Banamex, Alfredo Harp Helú.

Se recuerda también un poco la confusión de declaraciones del entonces encargado del Caso Colosio, el procurador Miguel Montes, quien el 4 de abril de ese año anunciaría que la muerte del candidato había sido por culpa de un complot que involucraba a 7 implicados. El 3 de junio, dos meses después de esa declaración, el mismo Miguel Montes se retractó para declarar que el único asesino de Colosio había sido Mario Aburto, es decir, que no cabía la teoría del complot. El 11 de junio de 1994 estallaría en Guadalajara un coche bomba que se relacionaría con el narcotráfico.

En la misma fecha en la que México empataba frente a Italia (con golazo de Marcelino Bernal) en la Copa del Mundo de Estados Unidos, 28 de junio de 1994, sería liberado por la noche Harp Helú tras 104 días de secuestro. Dos meses después, el Vicepresidente de Gigante, Ángel Lozada, sería también liberado tras 102 días de cautiverio.

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