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Por Genaro Grajeda.
Esta es una breve crónica de un momento extraordinario. No sólo fue el tránsito de Venus este martes 5 de junio, sino que también fue un momento de extraordinario reconocimiento al encontrarme viendo el evento astronómico desde el Caballero Alto en el Castillo de Chapultepec.
En 1878, Porfirio Díaz autorizó la creación de 3 observatorios, entre ellos, se encontraba el 1er Observatorio Astronómico Nacional que se localizaría en el Caballero Alto del Castillo de Chapultepec, la torre de vigilancia que se encuentra en el Alcazar del edificio. El objetivo principal del Observatorio era observar el tránsito de Venus de 1882, poco menos de 5 años después de su creación. Su primer director, el Ingeniero Ángel Anguiano, fue a Europa a comprar los instrumentos que necesitaría para cumplir con el objetivo del Observatorio y aprender a usarlos. El día del Eclipse de 1882, fue un día muy similar al que tuvimos ayer, un día nublado; pero ese día no tuvieron tanta suerte y su pequeña comitiva de científicos y políticos no tuvo oportunidad de observar el evento astronómico.
Este martes, 130 años después, se nos otorgó una oportunidad única, poder completar el objetivo principal del 1er Observatorio Astronómico Nacional. Arriba nos encontrábamos César Cantú, astrofotógrafo; Juan Jiménez, nuestro experto en instrumentos; y su servidor. Mientras que abajo, tanto en el Alcazar como en el Jardín de Pérgolas, había un evento abierto al público y a medios para conocer más del evento y tener una observación masiva. Contrario a ellos, nosotros estaríamos ahí, sin público y sin medios; tendríamos la libertad de trabajar a gusto y enfocarnos a tomar fotos y grabar el evento, y desde luego, finalmente poder completar la razón por la cual el Observatorio había sido creado.
Ese 5 de junio, 130 años después, regresaron instrumentos astronómicos al viejo edificio. Contamos con una montura ecuatorial computarizada que guiaba a dos telescopios, un pequeño telescopio Orion con un filtro Solar de apertura completa y un hermoso telescopio solar Coronado SolarMax II de Meade. Durante gran parte del día parecía que nuestra suerte no sería muy diferente a la comitiva del Ing. Anguiano en 1882. Afortunadamente una hora después de que el tránsito de Venus había comenzado, el cielo de la Ciudad de México se despejó mirando al oeste y pudimos comenzar con nuestras primeras observaciones y video. El éxito fue rotundo, tuvimos más de 1 hora de evento, lo cual nos dio la oportunidad de grabar por suficiente tiempo el evento y tomar una serie de fotos de las cuales comparto una con ustedes.
Durante el evento nos hicieron compañía varias personas empleadas del Museo Nacional de Historia, algunos de ellos acompañados por su familia. Además, un equipo de fotógrafos, de los cuales en este momento no puedo compartirles información puesto que es confidencial, y que también nos acompañaron durante la duración del evento. A quienes nos acompañaron además de poder ver el evento a través de la computadora, también pudieron observarlo gracias a unos filtros de soldador y filtros de mylar con los que contamos, así que no se limitaron a simplemente verlo por la pantalla sino también a verlo con sus propios ojos.
Para mi, el haber sido participe de este evento fue magnífico, aunque seguramente no pasemos a la historia como la expedición que logró el objetivo primario del primer Observatorio Astronómico Nacional, estoy feliz por haber sido parte del equipo que en 2012 si logró completar esta hazaña y también saber que es un evento único que no volveré a ver y que lo vi en un lugar emblemático para los astrónomos profesionales de nuestro país.
Espero que ustedes no se lo hayan perdido. Si tienen fotos no olviden compartírlas con nosotros.
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