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Por Pao Aguilar.
Desde mi punto de vista en nuestro país para sobrevivir a las difíciles condiciones económicas de hoy en día y mantenernos a la vanguardia de la competencia en el extranjero, las empresas deben de aportar un valor agregado, como lo es, el diseño de productos y servicios innovadores en lugar de bajar los precios. Sin embargo, el diseño se utiliza cada vez más allá de esta competencia tradicional, como una herramienta estratégica que mejora el rendimiento y desbloquea la innovación. En diversas investigaciones se ha comenzado a examinar este papel interdisciplinario de diseño y como el trabajo futuro debe apuntar a entender su impacto sobre el rendimiento empresarial.
Las consultorías de diseño mantienen una estrecha relación con la creatividad, la innovación, y por lo general, buscan crear una experiencia a partir de una metodología especial; lo principal que busca es el constante acercamiento con el cliente para llegar a una solución en conjunto. Por otra parte el tener una consultoría de diseño en una empresa se convierte en una excelente estrategia ya que gracias a esto podrá sobresalir de las demás y dar un valor agregado tanto para el cliente como para la compañía involucrada.
Cualquier consultoría ofrece un enfoque a la solución de problemas, pero una de diseño se basa en la forma de integración de pensamiento y resolución de los mismos, que se pueden aplicar a todos los componentes de los negocios. También se caracteriza por un profundo conocimiento del usuario, la resolución creativa de las tensiones, la colaboración así como la modificación y mejora continua de ideas y soluciones; aunque finalmente ambas se basan en una serie de metodologías a seguir para llegar a la meta deseada.
Viéndolo desde un muy amplio sentido el diseño se va a aplicar en todas las áreas de la empresa para el mejoramiento y rendimiento de cada una de estas ya que se puede convertir en un área de innovación para nuevos productos, estrategias, tecnologías o en cualquier rama de la empresa; por otra parte puede ayudar al mejoramiento de los procesos de producción y manufactura todo esto brindándole una imagen y un estilo a la misma. Gracias a esto se va a conseguir un mayor éxito en comparación con las que no se enfocan al diseño e innovación.
Por todo lo anterior y en pocas palabras, el papel de los diseñadores ha sido traducir y comunicar el valor de una idea de negocio a los consumidores finales y que este se convierta en un éxito. Los mejores diseñadores pueden ayudar a las empresas a conectarse y establecer un diálogo con los consumidores, lo que permite innovar de manera más eficiente.
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